Museo Cerralbo, Madrid

El Museo Cerralbo tiene una dilatada historia. Fue creado por don Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII Marqués de Cerralbo (1845-1922), quien compaginará durante toda su vida la dedicación a la Política y la Historia con la sensibilidad hacia las Bellas Artes.
Recorrió Europa en compañía de su familia, visitando museos y adquiriendo obras de arte, reuniendo así una magnífica colección que, junto a los fondos numismáticos, bibliográficos y documentales antiguos, supera las 50.000 piezas.
Por la calidad y diversidad de géneros que abarca llegó a considerarse entonces la colección privada de arte más completa del país; a su formación contribuyeron notablemente su esposa, doña Inocencia Serrano y Cerver, y los hijos de ésta, don Antonio y doña Amelia del Valle y Serrano, marqueses de Villa-Huerta.

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MUSEO CERRALBO

Adema´s de contar con importantes colecciones: Pinturas, esculturas, cerámicas, cristal, tapices, muebles, monedas, medallas, dibujos, estampas, relojes, armas, armaduras y objetos arqueológicos, por mencionar lo más destacado, confieren un encanto especial al palacio que, además de constituir un ejemplo importante de residencia aristocrática, sugiere al visitante una panorámica de la vida cotidiana en Madrid, con las tertulias literarias, los bailes, las confidencias de salón…

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Retrato de José Aguilera y Contreras MARQUÉS DE CERRALBO

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ESCUDO DE ARMAS del Marqués de Cerralbo

Un video a modo de introducción

Portal y escalera de honor

GRAN PORTAL Y ESCALERA DE HONOR

El museo Cerralbo presenta la singularidad de ser uno de los escasos ejemplos en nuestra ciudad que conserva la ambientación original de la que fuera la residencia del marqués de Cerralbo y su familia. Palacio museo, casa histórica y museo de ambientes, es un referente obligado para conocer la forma de vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

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ESCALERA DE HONOR

Nos conduce con una doble rampa y balaustrada de mármol a sendos accesos de la planta entresuelo, mientras que una barandilla de hierro forjado procedente del Palacio de Bárbara de Braganza, actual Palacio de Justicia de Madrid, nos invita a subir a la planta noble alta .

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ACCESO A LA PLANTA PRINCIPAL con columnas de marmol

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PASILLO PLANTA PRINCIPAL

En esta planta transcurrió la vida cotidiana de la familia, compuesta por los marqueses de Cerralbo, don Enrique y doña Inocencia, y los hijos de ésta última, fruto de su primer matrimonio, don Antonio y doña Amelia del Valle Serrano, marqueses de Villa Huerta. Era también la zona donde se recibía a las visitas de confianza.

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SALA DE LAS COLUMNITAS

Zona de reunión de los caballeros, lugar donde conversar sobre los vaivenes de la política, la marcha de los negocios o el estado de la bolsa

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SALA DE LAS COLUMNITAS , detalle

Debe su nombre a las columnas de mármoles, jaspes y ágatas armoniosamente dispuestas en la mesa central y coronadas por pequeñas esculturas de procedencia y culturas diversas presididas por el busto de Luis XV, un biscuit de porcelana de Sèvres.


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SALA DE JUEGOS
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SALA DE JUEGOS MESA DE BILLAR

Francia, hacia 1855. Roble, palorrosa y otras maderas finas/ bronce/ bayeta, lienzo.

Ensamblaje, chapeado, marquetería de elemento por elemento, tintado, grabado a buril, barnizado/ fundición, cincelado, dorado al fuego/ tafetán.

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PURERA Segunda mitad del S.XIX
Madera, marfil, latón. Ensamblaje, chapeado, marquetería de elemento por elemento, barnizado, patinado.

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JUEGO DE FUMADOR DE OPIO

Dinastía Qing, siglo XIX.
Sur de China, probablemente de la provincia de Guangdong.
Madera, barro cocido / acero, hueso / cuero, fibras vegetales e hilo metálico.

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COLECCIÓN DE ARMAS
La armería del museo Cerralbo contiene aproximadamente 700 piezas de diversa procedencia (Europa, América, Asia y Oceanía) adquiridas tanto en España como en el extranjero
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ARMADURA ATRIBUIDA A JUAN PACHECO, II MARQUÉS DE CERRALBO

Italia-Alemania, 1540-1590.
Acero, hierro, cuero Grabado al aguafuerte y a buril, repujado

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ARMADURA JAPONESA

Periodo Edo (1614 – 1868) Hierro, latón, cuero, laca, textiles.

Las piezas más singulares son las armaduras de guerra procedentes del Japón del siglo XVIII. Se trata de armaduras de distinción que pertenecieron a samuráis

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SALÓN DE BAILE
Mención aparte merecen las decoraciones murales de varias estancias, como el techo del fastuoso salón de baile, pintado por Máximo Juderías Caballero
Este salón se concibió buscando un espectacular efecto visual; los espejos y dorados amplifican su suntuosidad y dispone para los músicos de una tribuna en forma de balcón.

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SALÓN DE BAILE
El piso noble o principal destinado al protocolo se decora de forma más suntuosa y artística. Espejo de la posición económica y social de sus propietarios, refleja en su distribución la mentalidad decimonónica donde prima sobre todo la apariencia y se reservan los mejores espacios a los invitados. De hecho, se abría únicamente para recepciones, fiestas y bailes.

SALÓN DE BAILE

Reloj Misterioso
Aquí hay que destacar las lámparas de Murano, los espejos de fabricación veneciana y un llamativo reloj monumental misterioso (de maquinaria oculta) atribuido en su parte escultórica a la fundición de Ferdinand Barbedienne, de París

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Alcoba en el piso superior
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ESPEJO PSIQUÉ CON CERÁMICA DE MEISSEN

Siglo XIX. Porcelana y cristal azogado. Fábrica de porcelana de Meissen (Sajonia)

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Lámpara de cristal veneciano

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ESCIFO (SKYPHOS) ITALOGRIEGO Mediados s. IV a.C.

Arcilla, barniz antiguo Técnica de figuras rojas

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DIANA CAZADORA

Original romano del siglo II d.C. / Montaje actual del siglo XIX
Mármol blanco, mármol brocatel y metal Esculpido, pulido con escofina, ensamblado
Procedencia: Clunia (Peñalba de Castro, Burgos)

Cerámica

Pequeñas esculturas, jarrones, cajitas, piezas de vajilla y otros muchos elementos realizados en cerámica, porcelana y cristal aportan brillo y colorido a los objetos de uso cotidiano y de adorno.
La calidad define las creaciones de cerámica, a través de las piezas elaboradas en talleres y fábricas de reconocido prestigio internacional: Manises, Talavera y Puente del Arzobispo, Sèvres, Wedgwood, Meissen, Buen Retiro, además de elementos procedentes de China y Japón.

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JARRON TIPO IMARI CHINO

Dinastía Qing, hacia 1690 comienzos del XVIII de la era Kangxi (1662-1722).
Porcelana torneada en tres piezas unidas con engobe

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TONDO DE LA ADORACIÓN DE LA VIRGEN

Escuela italiana. Seguidor de Andrea della Robbia o del taller de los Buglioni Primer tercio del siglo XVI

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ENFRIADOR DE COPAS DE FELIPE V

Última década del siglo XVIII. Loza o pasta tierna

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JUEGO DE TÉ WEDGWOOD Último tercio del siglo XVIII.

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JARRA DE MEISSEN
Por las marcas de la base situamos la pieza entre 1814 y 1860. Porcelana caolínica.

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VITRINA CON PORCELANA DE MEISSEN Siglo XIX
Madera ebonizada y porcelana. Fábrica de porcelana de Meissen (Sajonia)

RELOJES

Los relojes que reunió el Marqués de Cerralbo en su colección son de una tipología muy variada, aunque todos ellos de las relojerías inglesa y francesa de los siglos XVIII al XX. Los relojes están distribuidos a lo largo del palacio en sus distintas habitaciones, colocados sobre consolas, chimeneas o mesas. Esto indica que los relojes del palacio no fueron adquiridos con un afán coleccionista sino meramente decorativo o de amueblamiento del palacio madrileño.

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RELOJ FRANCÉS CON CAJA DE MÁRMOL DE SOBREMESA O CONSOLA CON ÓRGANO DE FLAUTAS
Manufactura Brocot. Francia, segunda mitad del siglo XIX.
Mármol blanco, tipo Carrara o Macael, alabastro, bronce dorado.

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RELOJ INGLÉS BRACKET John Taylor. London Siglo XVIII

El reloj inglés se caracteriza por la solidez y perfección de su mecanismo así como por su elegante y sobria decoración. Los relojeros más prestigiosos de Inglaterra colaboraron activamente con grandes ebanistas que se encargaban de la fabricación del mueble y enriquecían la caja con elegantes adornos. Para lacar las mejores piezas contaron con la maestría de los artesanos chinos.

Reloj despertador inglés de pared a pesas J. Wats. London. S.XVIII.

Esfera repuesta de bronce dorado, cuadrada, con copete semicircular, a la que sirven de adorno seis molduras fundidas del mismo metal. Motor a pesas. 30 horas cuerda. Sonería de horas. Péndulo corto de pera, vinculado directamente al escape, que es de paletas, con rueda catalina y una sola aguja.

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RELOJ GINEBRINO DE BOLSILLO CON AUTÓMATAS Robert Brandt & Cie. Siglo XIX

Este reloj fue regalado al Marqués de Cerralbo por D. Carlos VII, según consta en carta autógrafa que conserva el archivo del Museo, en la que se indica que el reloj fue utilizado por el Archiduque Fernando de Austria en las guerras contra Napoleón

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RELOJ ALEMÁN DE VIAJE Elias Kreittmaÿr. Friedberg. 1670.

Despertador. Caja de plata calada y grabada, en la que se aloja la campana, de acero. Esfera con sector horario de plata y el centro dorado, en el que figura la numeración que corresponde a la alarma. Los relojes llamados de carroza (carriage clocks / pendules de voyage) fueron utilizados en estos medios de transporte durante largo tiempo. Cuando no eran de sonería al paso, como en este caso, solían tener la sonería forzada (a la demanda) para poder oír la hora que fuese en cualquier momento de la noche.
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RELOJ FRANCÉS CON GUARNICIÓN EN PORCELANA DE SAJONIA
Primera mitad del Siglo XIX.


Composición barroca con figuras situadas escalonadamente en su estructura. Porcelana policromada. Está compuesto por dos piezas: el reloj propiamente dicho y el zócalo. Tiene un escudo de armas de las casas reales de Polonia y Sajonia, pintados en dos cuarteles. Hay un águila con corona imperial y la alegoría de Marte

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RELOJ FRANCÉS DE CONSOLA O SOBREMESA, DE BRONCE DORADO Y DE FIGURA Primera mitad del siglo XIX. Época Carlos X.

Caja de bronce dorado, formada por un zócalo rectangular en dos cuerpos, el superior con bajorrelieve frontal que representa una escena de caza en la que los corzos son perseguidos por perros y a la zaga va Diana con un arco y flechas. En la parte superior se materializa este mismo asunto con figuras de bulto redondo. La de la diosa, ya en reposo, apoya el brazo derecho en ara en la que se aloja el movimiento, sosteniendo una cuerna en la mano, mientras que con la otra mantiene vertical el arco.

Reloj francés Misterioso, colgante de cristal

Henri Robert. París. Horloge mysterieuse. Brévété.Siglo XIX, segunda mitad (1878)

Reloj pensado para reclamo de escaparates de relojería, muy posiblemente. Su autor presentó el prototipo en la Exposición de Productos Franceses de 1878, en París.era un reloj para excitar la curiosidad, pues por mucho que se fije en él la atención, no se ve más que un cristal transparente, sobre cuya superficie se mueven dos agujas, minutero y horaria. Cada una de las agujas de este reloj lleva en sí misma el mecanismo motor, viniendo a formar solas o entre ambas una especie de balanza equilibrada de brazos desiguales, en la cual el mecanismo de relojería no tiene otro objeto que desplazar el centro de gravedad del sistema a la velocidad conveniente para que una aguja señale la hora y la otra el minuto. Colgado de dos cadenas, su colocación frontal al escaparate de un establecimiento de relojería, atraería la curiosidad del paseante por lo misterioso de su funcionamiento.
DIBUJOS

La colección de dibujos consta de unos 700 ejemplares, de los que mostramos aquí una pequeña selección. El fondo destaca por su calidad y por la variedad de artistas europeos reunidos, especialmente de la Escuela Española, Francesa, Italiana, Holandesa y Flamenca.

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FRANCISCO DE GOYA Dibujo Coche barato y tapado

1824-28 Papel blanco, verjurado, con filigrana.Lápiz litográfico.

El personaje representado empuja una carretilla cuyo contenido está oculto bajo un gran paño. Su espalda torcida y el pie que apoya en el suelo sugieren el andar dificultoso y esforzado de un cojo; tres personajes -¿mujeres?– situados a sus espaldas parecen contemplarlo y divertirse

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PIETRO DA CORTONA Dibujo del martirio de Santa Martina

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MANUEL SALVADOR CARMONA Dibujo de niño

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FRANCISCO RIZZI Proyecto para la decoración de una iglesia

Cabeza de joven anónimo francés Siglo XVII. Papel blanco, verjurado, con filigrana.Sanguina.

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FEDERICO ZUCCARO Monarca recibiendo a un emisario


PINACOTECA
El marqués de Cerralbo tenía gustos eclécticos y dirigió parte de sus esfuerzos a la arqueología, lo que ayuda a explicar el perfil más bien desigual de su pinacoteca. Con todo, cuenta con una relevante sucesión de maestros y varias obras han recobrado autorías de prestigio tras las últimas investigaciones.

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LUIS MELÉNDEZ Bodegón con frutas y utensilios de cocina

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JUAN ESPINOSA Bodegón con uvas

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ANÓNIMO Alegoría de la Eucaristía oleo sobre tabla

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FRANCISCO DE ZURBARÁN Inmaculada Concepción.
Hacia 1640. Procedencia: Colección del Marqués de Leganés.

Esta representación de la Inmaculada añade algunos de los atributos de las letanías del Cantar de los Cantares, junto a referencias a la iconografía de la mujer apocalíptica, dando paso a la mujer “vestida de sol y con la luna a sus pies” del Apocalipsis. La Virgen con rostro de adolescente se halla suspendida como una Asunción, en ondulante figura, sobre un escabel de querubines.
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DOMÉNICO THEOTOCOPULI , EL GRECO. San Francisco en éxtasis. Ca. 1600-1605.
Firmado: «doménicos teotocópulos / epoiei», con caracteres griegos, sobre el letrero blanco.

El Greco aportó una nueva iconografía franciscana a la historia de la pintura. Hasta el momento se representaba a San Francisco alegre y sereno, siguiendo la tradición italiana; pero el artista comenzará a pintarlo con un estilo más español, de forma lúgubre, enjuto y anacorético.

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JACINTO MELENDEZ El principe Luis I, hijo Felipe V

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JACINTO MELENDEZ Felipe V vestido de cazador 1712

La actividad de Miguel Jacinto Meléndez se sitúa entre el final de la pintura madrileña del Siglo de Oro y el nuevo período que nace con la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tío de Luis Meléndez, famoso pintor de bodegones, y hermano de Francisco, pintor real de miniaturas, trabajó en la corte en un momento en el que pocos artistas españoles sobresalían.

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JACINTO MELENDEZ Maria Luisa Gabriela de Saboya (esposa de Felipe V)

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COPIA DE ANTON VAN DYCK S.XVII María de Médicis Reina de Francia 1630
Se convirtió en la segunda esposa de Enrique IV de Francia, y su hijo fue el primer Delfín de Francia en 40 años. Enviudó en 1610 y fue regente durante la minoría de edad de su hijo Luis XIII. Se la considera gran mecenas de las artes en la corte francesa. Durante su regencia cambió el rumbo político de su esposo, buscando la alianza con España mediante un doble matrimonio: casando al futuro rey con Ana de Austria, hija de Felipe III de España, y a su hija Isabel de Borbón con Felipe IV.

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FEDERICO MADRAZO Matilde de Aguilera y Gamboa, Lady Fontagut
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JACOPO TINTORETTO Retrato de Agostino Doria
El retrato coincide con un boceto que realizara Van Dyck en 1625 en su llamado “Cuaderno italiano”, en donde el artista flamenco recogió diversas imágenes percibidas en su estancia en Italia. Junto al boceto figura la inscripción: “Tiziano en casa de Doria”.
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ESCIPIÓN DERROTANDO A ANIBAL Fines del siglo XVI. Lana y seda.
Manufactura de Bruselas. Lleva las marcas de localidad a la izquierda del orillo izquierdo: un escudete entre dos “B”. Marcas de tapicero (sin identificar) en la parte inferior del orillo lateral derecho.

JARDÍN


Esculturas de Júpiter y bustos de dos emperadores reflejadas en el estanque


Otro rincón del jardín, llamado «de los sentidos»

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Entre su densa vegetación de árboles de hoja caduca: acacias de Constantinopla, castaños de Indias, tilos… y escondidos entre jazmines, setos de boj y glicinias, encontramos seres mitológicos y un jabalí, replica en piedra del que Pietro Tacca realizará en bronce, hoy en los Uffici.de Florencia

Dirección:
Museo Cerralbo c/ Ventura Rodríguez, 17 28008 Madrid, España
Fuentes:
http://museocerralbo.mcu.es/informacion/visita.html
http://www.mecd.gob.es/mcerralbo/coleccion/galeria-imagenes.html;jsessionid=BB965FA7C632E42D64D1D296B87B13CE

https://www.culturaydeporte.gob.es/mcerralbo/coleccion/coleccion0/relojes.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_Cerralbo#Pintura

Los teatros de Madrid

Voy a hablar primero de los teatros desaparecidos, y sobre todo del germen que supuso la aparición de los «corrales de comedias», que fueron el marco teatral donde se desarrolló la dramaturgia española del Siglo de Oro. 
Funcionaron entre la segunda mitad del siglo XVI y el primer cuarto del siglo XVIII, siendo algunos de ellos convertidos en teatros. En sus tablas se representaron obras de autores fundamentales de la literatura española del Barroco, desde precursores como Lope de Rueda, actor y dramaturgo, a genios como Lope de Vega o Calderón de la Barca.
 En sus instalaciones disfrutó el pueblo de Madrid junto a reyes, nobles y prelados.En el último cuarto del siglo XVI había seis corrales abiertos en la capital española, los más reconocidos: el corral de comedias de la Pacheca, el de la Cruz y el del Príncipe. 
Todos dependientes de sus cofradías, instituciones de beneficencia pública que obtenían sus fondos de las representaciones teatrales en los corrales. 
La decadencia física de los corrales de comedias madrileños, en gran medida fruto de sus primitivas condiciones como espacio teatral y como edificio arquitectónico, se hizo crítica al final del siglo XVII y descarriló en el primer cuarto del siglo XVIII.
 Los corrales, que habían pasado por la «etapa dura de los Austrias»,tan populares y concurridos gracias a Felipe III y, en especial, a Felipe IV, se caían a trozos o se quemaban por partes. 
En siglos posteriores, vino la solución: convertirlos en edificios arquitectónicos ilustrados.y para ello, se llamó a los arquitectos.
 El resto de los viejos corrales, joyas del teatro del Siglo de Oro Español, si no había caído ya o se había quemado, se perdió en el olvido y su recuerdo se hizo ceniza 

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Teatro Real
Para iniciar esta serie presento el Teatro Real, que es el teatro de la ópera de Madrid, considerado uno de los más importantes de España y Europa. Se encuentra situado en la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real,surgiendo en el solar del desaparecido Teatro de las Caños del Peral y es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.y dentro de los teatros, el más importante.
Fue fundado a principios del siglo XIX, en el año 1818, e inaugurado en 1850, y se mantuvo de forma ininterrumpida como teatro de ópera hasta 1925, cuando tuvo que cerrar a causa de problemas estructurales en el edificio. No volvió a abrir sus puertas hasta 1966, como sala de conciertos sinfónicos. Entre 1988 y 1997 sufrió una importante remodelación que lo volvió a convertir en coliseo operístico.

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Coliseo de los Caños del Peral

El teatro de los Caños del Peral fue un teatro de Madrid, situado en lo que hoy es la plaza de Isabel II, construido a principios del siglo XVIII sobre un corral de comedias, y demolido en 1817 para dejar su espacio al actual Teatro Real. Se llamaba así, por estar ubicado junto a los lavaderos de la fuente de los Caños del Peral.
La afición del primer borbón, Felipe V, por la ópera italiana, sirvió de pretexto para la construcción del último gran corral de comedias madrileño: el primer coliseo de los Caños del Peral 940961_1755074654720979_1104025654004474126_n

Corral de Comedias de Almagro

Su denominación se debe al espacio urbano que ocuparon y a que todas las obras teatrales profanas eran llamadas «comedias», aunque encerrasen los tres géneros: la tragedia, el drama, y la comedia propiamente dicha.

El de Almagro, es un ejemplo, bastante remozado, de lo que pudieron ser las Corralas madrileñas en el Siglo de Oro.como por ejemplo el de la Pacheca de Madrid.Por desgracia en la Capital, no quedó ninguna con su aspecto primitivo.
 
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Situación de los Corrales de Comedias en el S.XVII
Teatro de la Cruz

Fue un antiguo corral de comedias de Madrid, uno de los más populares de la ciudad junto con el de la Pacheca y el nuevo corral del Príncipe. Fue escenario para autores como Lope de Vega, Luis Vélez de Guevara, Juan Ruiz de Alarcón, Tirso de Molina y Calderón de la Barca. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII el viejo corral quedó reformado como moderno ‘coliseo’ a la italiana, estrenando en él sus piezas más populares dramaturgos como Leandro Fernández Moratín y José Zorrilla, y manteniendo su titularidad de teatro más castizo de Madrid, siendo conocido como el «teatro de los chisperos»

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Placa del Ayuntamiento de Madrid en recuerdo del Corral de comedias de La Cruz, colocada en calle de la Cruz cerca de su confluencia con la plazuela del Ángel.

novedades

El teatro Novedades

Es conocido a causa de su incendio, en el que fallecieron 80 personas y más de 200 personas resultaron heridas.El solar, tras haber sido empleado para distintos fines, fue ocupado por un circo hacia 1856, que sería derribado al año siguiente para construir el teatro. Este fue inaugurado el 13 de septiembre de 1857 en la madrileña calle de Toledo, número 83, y estaba construido en buena parte de madera A finales del siglo XX, en 1899, se introdujo un cinematógrafo.
En 1917 el arquitecto José Espelius colaboró en la reforma de la planta baja del teatro.El edificio fue pasto de las llamas y destruido el 23 de septiembre de 1928 En el momento en que se inició el fuego se estaba representado la pieza «El mejor del puerto». El decorado estaba formado por un telón que representa la ciudad de Sevilla y frente a él una pequeña embarcación con faroles de iluminación eléctrica. Eran las 20’50 horas cuando falló el entramado eléctrico –probablemente un cortocircuito– y se originó el fuego en el escenario desde uno de los farolillos que lo adornaban. Ante el escenario en llamas, el público entró en pánico y salió huyendo hacia la salida del Teatro. La estampida se había iniciado antes desde los palcos, por lo que el tapón humano se formó irremisiblemente al intentar salir los espectadores del patio de butacas.

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El teatro Apolo
Fue una sala teatral situada en el número 45 de la calle de Alcalá de Madrid (Junto a la Iglesia de San José) Se inauguró el 23 de marzo de 1873, con un aforo para dos mil docientos espectadores, que le valió el título de «catedral del género chico» en el Madrid de la Restauración. En principio adoptó la programación de teatro por horas, habitual entre 1870 y 1910, que haría famosa «la cuarta de Apolo»; es decir, su última sesión, que comenzaba a partir de las doce y media de noche, con obras «más atrevidas», y un público «más despreocupado y jaranero». Vendido el edificio a una institución bancaria, el viejo teatro Apolo de Madrid desapareció el 30 de junio de 1929

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Teatro de los Jardines del Buen Retiro  Alzado y sección del escenario del teatro  diseñado por Lorenzo Álvarez hacia 1880.

Fue un local de espectáculos construido en los primeros años de la década de 1880, dentro del conjunto conocido como Palacio y Jardines del Buen Retiro de Madrid, a lugar de recreo de los monarcas españoles y precedente del Parque del Retiro.

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El teatro del Circo 

Antes Circo Olímpico, fue un local de espectáculos situado en la plaza del Rey, que funcionó en la segunda mitad del siglo XIX. Tuvo su origen en el barracón que ocupó en 1835 la compañía de acrobacias ecuestres de Paul Laribeau. En 1846, el circo fue reformado como teatro por iniciativa del marqués de Salamanca.

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El edificio sufrió el 13 de noviembre de 1876 un incendio que lo destruyó en su totalidad.(como se aprecia en la imagen) En el mismo solar se edificó el teatro-circo que ocupó entre 1880 y 1970 el Circo Price.

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El teatro Rossini

Fue un teatro de verano, instalado dentro del conjunto de atracciones de los Campos Elíseos, al inicio de la calle Velázquez en el barrio de Salamanca.Fue inaugurado el 20 de junio de 1864, contando con café, jardines privados que le servían de amplio foyer natural; para el estreno se puso en escena la ópera Guillermo Tell. Su escenario a la italiana se complementaba con la buena capacidad del local, con cuatro pisos de localidades en planta rectangular, cuatro lucernarios en los ángulos de la cubierta e iluminación de gas en todo el recinto teatral

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El teatro Variedades

Fue un teatro, situado en número 38 o 40 de la calle de la Magdalena, inaugurado a mediados del siglo XIX y en funcionamiento hasta su incendio el 28 de enero de 1888. Tenía un aforo de 813 personas y se ha señalado que en él se produjo el éxito del llamado «teatro por horas», además de haber sido descrito como «la personificación del género chico» y «el local más populachero de finales del siglo XIX»

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Palacio de los Vargas en la Plaza de la Paja
(Rinconera que forman, en la Plaza de la Paja, la Capilla del Obispo (a la derecha) y el Palacio de los Vargas)
El Teatro España fue un teatro-salón del viejo Madrid, en el entorno de la Plaza de la Paja, inaugurado en la década de 1870 y destruido por un incendio antes de que concluyese el siglo. Ramón Gómez de la Serna lo localiza en el edificio que fue Palacio de los Vargas, contiguo a la Capilla del Obispo, «dando espectáculos de
«a real la pieza».
Cuentan Ramón Gómez de la Serna y Pedro de Répide que en el mismo edificio instaló oficina, por traspaso del teatro, «Doña Baldomera, hija del gran Larra», en su infancia brillante estudiante de aritmética en el Instituto Español, quien ya madura y abandonada por su marido— puso allí su lucrativo negocio, temprano precursor del fraude piramidal. Tras la pérdida del teatro, y ya en el siglo XX, se hizo cargo de las obras de conservación de parte del antiguo Palacio de los Vargas

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El Teatro El Dorado.

Dibujo del alzado frontal, en el proyecto de José López Sallaberry de 1897 ; obsérvese el nombre del teatro centrando la balaustrada de la galería abierta, entre las dos torres.
Fue un teatro de verano de Madrid,  que funcionó desde 1897 a 1903. Estuvo emplazado en la intersección de las calles Juan de Mena y Alarcón, en las inmediaciones de la Bolsa de Madrid

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 El Teatro Lírico o Gran Teatro de Madrid

Fue un local de espectáculos situado en la calle Marqués de la Ensenada , inaugurado en 1902 y desaparecido en 1920.Obra del arquitecto catalán José Grases Riera, su construcción, concluyó en la primavera de 1902. El edificio, de una superficie de 2912 m², disponía de tres plantas: baja (con 500 butacas), entresuelo y principal. El Teatro Lírico, por entonces conocido como «Gran Teatro», sufrió un incendio el 30 de enero de 1920. Tras el desastre la estructura se adaptó para convertirse en un edificio de viviendas, que posteriormente devino en las sedes del Ministerio de Trabajo, del Liceo Francés y finalmente del Consejo General del Poder Judicial.

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El Teatro Infanta Beatriz

(también teatro Beatriz y Teatriz) fue un pequeño coliseo situado en la calle de Hermosilla esquina a Claudio Coello, en el barrio de Salamanca de la capital de España. Levantado entre 1923 y 1925, El 8 de marzo de 1933, Federico García Lorca estrenó en él Bodas de Sangre.

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Aspecto actual d la fachada del Teatro Infanta Beatriz

Proyectado en 1920, siguiendo el ejemplo del Teatro Fontalba y el modelo de bombonera francesa de los teatros a la italiana, el nuevo coliseo dedicado a una infanta real se integró en el diseño de un edificio de viviendas de lujo. Su estructura respeta el esquema del teatro clásico del siglo XIX

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Teatro-Cine Madrid
El Cine Madrid fue un local de espectáculos diversos, situado en la plaza del Carmen esquina a la calle de Tetuán, entre la Puerta del Sol y la Gran Vía de Madrid (España). En su origen, ya desde finales del siglo XIX, funcionó como popular frontón, conocido como Frontón Central, y Gran Kursaal o Kursaal Central (1904), cuando los juegos de pelota compartieron espacio con espectáculos de cupletistas y vedettes como la «Bella Chelito» o «la Fornarina», y de bailarinas míticas como Mata Hari. Una nueva reforma del edificio lo convirtió en el Teatro Madrid por un breve periodo, recuperándose como salón cinematográfico y de eventos. Su conversión como cinematógrafo vivió varios periodos, entre 1925 y 1943, y como multicine a partir de la década de 1970, que cerró a comienzos del siglo XXI, y que tras unos años en estado de abandono fue derruido. Durante su etapa como frontón-sala despertó el interés de escritores de la época como Valle-Inclán

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Teatro Español

(A partir de aqui, todos los teatros que aparecen, persisten en la actualidad, mas o menos reformados.)
El Teatro Español, tiene sus orígenes en el siglo XVI, con función teatral. En 1583 recibió el nombre de “Corral de la Pacheca”. Entre 1745 y 1767 fue renovado, pero en 1802 un incendio destruyó el interior, y 9 de Marzo de 1849, tras una nueva reforma pasa ya a denominarse “Teatro Español”, por desgracia, otro incendio lo destruyó en 1975 y fue reconstruido y terminado en 1980, sin apenas variar la estructura del edificio.Está ubicado en la calle del Príncipe nº35

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Teatro María Guerrero

Fue inaugurado el 15 de octubre de 1885 bajo el nombre de “Teatro de La Princesa”, convirtiéndose en uno de los principales teatros de la época debido a sus dimensiones y a su decoración.
El inicio de la Guerra Civil provocó su cierre hasta 1940, pasándose a llamar “Teatro Nacional”. Sin embargo, siempre ha permanecido en el mismo enclave, la calle de Tamayo y Baus.
Actualmente, es la sede del “Centro Dramático Nacional”. Sirve para representar espectáculos de pequeño tamaño, porque solamente tiene capacidad para unos ochenta espectadores.

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 Teatro Alcazar

Denominado antiguamente “Teatro Alkázar”, y situado en la calle Alcalá, fue inaugurado el 27 de enero de 1925. En un principio, el conjunto del edificio permitió que se transformara en un conjunto de teatro, piscina, sala de fiesta, aparcamientos y salones de tertulia, por lo que se le llamaría Palacio de los Recreos, pero las restricciones legales no lo permitieron y acabó siendo solamente un teatro

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Teatro Calderón
Se sitúa en la calle Atocha donde se encuentra con la Plaza Jacinto Benavente, en la ruta de los literatos. Se inauguró el 18 de junio de 1927 bajo el nombre de Teatro Odeón, a diferencia de hoy, que lo conocemos como “Teatro Häagen–Dazs”. La marca patrocinadora se ha convertido en el símbolo identificador del teatro.Tiene capacidad para más de mil espectadores.

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 Teatro de la Comedia

Situado en la calle del Príncipe nº 14, este teatro fue inaugurado en 1875 por el rey Alfonso XII. Este teatro tampoco se salva de los incendios, acontecido en 1915 y restaurado por este motivo.
Actualmente trabaja con la Compañía Nacional de teatro Clásico

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Teatro de la Comedia fachada antigua cuando se llamaba Gran Teatro.

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Teatro Lara

Fue construido en la calle San Roque nº 10 en 1879, y se inauguró el 3 de septiembre de 1880 con la obra” Balbina Valverde”. Estaba inspirado en el “Palais Royal” de París y siempre tuvo un sello de prestigio y un público selecto.
Por desgracia, la crisis económica provocó su cierre temporal en los años 80, reabriéndose en 1994

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Teatro Lara fotografía antigua.

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Teatro de la Latina

Fue inaugurado el 5 de enero de 1919, situado en la Plaza de la Cebada nº 2, donde durante cuatro siglos estuvo ubicado el Hospital de La Latina.Debe toda su historia a Lina Morgan, presentando obras allí con frecuencia desde 1978 hasta hace pocos años. Sigue activo en la actualidad.

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Teatro Lope de Vega

El teatro, situado entre los números 53, 55, 57 y 59 de Gran Vía, fue inaugurado en 1949 con el nombre de Teatro Cinema Lope de Vega, sin embargo, lleva el mismo nombre de otro teatro que hubo anteriormente inaugurado en 1850, que desapareció.
Actualmente, bajo su nombre nombre original (Teatro Lope de Vega) se pueden  ver ver musicales y  grandes obras de teatro

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Teatro Lope de Vega fachada antigua (1949)

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Teatro Maravillas (foto antigua)

Este es otro de los teatros del cual su historia se remonta al siglo XIX. Fue inaugurado en 1887 situado en la calle Sandoval esquina a la calle Fuencarral. En 1891 fue trasladado a la calle de Felipe IV, hasta que se instaló de manera estable en la calle Manuela Malasaña. Siempre ha presentado obras de teatro de rigor

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Nuevo Teatro  Alcalá

Antiguamente conocido como Teatro- Cine Alcalá, que fue construido en 1927, y pasando a denominarse Coliseo Alcalá y Alcalá Palace, reabrió desde un largo periodo de silencio (desde 1991 hasta 2001) bajo el nombre de Nuevo teatro Alcalá. Lo que más le caracteriza es que en 1975 trajo el musical “Jesucristo Superstar” a Madrid. Está situado en la calle Jorge Juan nº 72

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Teatro Pavón

Situado en el nº 11 de la calle Embajadores, se inauguró en 1925. Destacaba su torre con el reloj y la fachada de colores. Posteriormente sería convertido en un cine de barrio (El Teatro-Cine Pavón), hasta que posteriormente se devolvió el local al mundo de las candilejas, fracasando al poco tiempo. Actualmente es la sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y su nombre ha cambiado a El Pavón Teatro Kamikaze.

La venta del teatro Reina Victoria

 Teatro Reina Victoria

El 10 de junio de 1916 se inauguró este teatro en la Carrera de San Jerónimo nº28, aunque de la decoración interior original no queda ningún elemento, conserva su fachada con amplias vidrieras y mosaicos. Este teatro tiene capacidad para más de 600 espectadores.

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Teatro de la Zarzuela

Fue inaugurado el 10 de octubre de 1856 promovido por la empresa “La España musical”, y también fue destruido por un incendio en 1909 e inaugurado de nuevo mejorando las condiciones en 1913. Más, tarde en 1956, cuando fue comprado por la Sociedad General de Autores de España y fue remodelado de nuevo perdiendo parte de la fachada original. Actualmente trabaja junto a la Compañía Nacional de danza, aunque también se pueden ver obras de teatro. Está ubicado en la calle Jovellanos nº4.

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Teatro de la Zarzuela antigua fachada

 Fuentes y fotos:

 páginas de cada uno de los Teatros
 , 
http://www.wikiwand.com/es/Categor%C3%ADa:Teatros_desaparecidos_de_Madrid


Bibliografía:

Antonio Castro Jiménez   «TEATROS HISTÓRICOS DE MADRID y EDIFICIOS SINGULARES»
 

Las lomas y arroyos de la ciudad de Madrid


Vistas de Madrid desde el Templo de Debot

El origen de Madrid, es árabe y está asociado a la creación de un punto defensivo frente a las oleadas y los ataques cristianos del norte, y la necesidad de proteger a Toledo,

De ahí, su emplazamiento en los pensamientos y las corrientes en Manzanares y la posibilidad de ubicar un alcázar en su zona superior, hoy zona del Palacio Real y la Almudena,  donde el desnivel es de 60 m.

Sus características geográficas unidas a otras virtudes como el clima, la abundancia de agua y la caza, etc. atrajo de siempre al hombre, y que antes de los árabes hubo todas las civilizaciones incluso durante la Prehistoria



Mamuts En El Cuaternario


El peto Sobre el Manzanares, un abrigo Cuyo vivio Una de las  faunas prehistóricas  Más ricas de Europa -con ejemplares de  mamuts  apodados por la Comunidad Científica Mundial  Matritensis -, FUE El que confirió a la ciudad su condición f defensiva Y Su Elección Por los árabes como atalaya para controlar el río y los pasos de cruce de la sierra del Guadarrama.

El desarrollo urbano de Madrid ha tenido lugar sobre una serie de lomas en forma de tridente que, en dirección norte-sur, se hallan separadas por varias vaguadas: la del Manzanares, la de la Fuente Castellana y la del Abroñigal

La búsqueda de Cerros y Collados nos lleva a deducir, no solo  el gusto de los primeros pobladores de Madrid, sino del resto de los seres humanos en general, por ubicar los edificios más representativos en la zonas más altas como ocurrió siglos mas tarde con la Iglesia de San Ildefonso, el edificio de la Telefónica, o la Iglesia de San Andrés y no solo por motivos defensivos.

Edificio de la Telefónica en la Gran Via


Tres Olivos (Fuencarral)

Efectivamente Madrid es una ciudad situada, comparativamente a otras, a una buena altitud y parece ser que la mayor altura de Madrid capital, la encontramos en la zona de Fuencarral-Tres Olivos, en torno al Parque de Santa Ana (unos 742 metros de altitud).

Puerta de O´Donnell


 Calle Alcalá arriba, el Retiro en O’Donnell es una de las cotas más altas de la ciudad.

Maqueta de Madrid de León Gil de Palacio  zona del Palacio Real y la Plaza de Oriente

 La loma más occidental es la primera en la evolución de la ciudad, pues, situada entre el Manzanares y la vaguada por donde corría el arroyo del eje Castellana-Prado, sirve de asiento al viejo Madrid y al Ensanche Norte.


En contraposición, la zona más baja de la ciudad es la que se extiende a lo largo de la rivera del río Manzanares (principalmente Legazpi, Carabanchel Bajo y San Cristobal)

Madrid posee un rico y muy variado relieve, no hay más que acercarse al Arco de Cuchilleros, bajo la plaza Mayor, para percatarse de la envergadura de alguno de los muchos taludes que zanjan Madrid

En la Cava de San Miguel ése desnivel en particular, mide 18 metros, (siete pisos) respecto al de la Plaza Mayor




a la que se accede por el arco de Cuchilleros



 

De esta manera,  si quitáramos de la superficie de Madrid sus edificios nos llevaríamos más de una sorpresa: observaríamos que el relieve de la ciudad se encarama sobre siete colinas mas destacadas

LAS SIETE COLINAS:


Dibujo de Pedro López Carcelén ilustrando la ciudad musulmana y el desnivel existente desde la muralla al rio

En este plano aparece la calle de la Puente, posteriormente calle de Segovia y por encima la Cuesta de la Vega



La pradera  de San Isidro, Francisco de Goya.

Este cuadro os lo he puesto en otras publicaciones sobre Madrid, pero es que, es en la ribera del  río Manzanares, donde mejor se comprueba el desnivel de cotas de Madrid. Desde allí hasta la base del Palacio Real o de la catedral de la Almudena, median 60 metros.

Forma parte de la altiva cornisa que ciñe Madrid por poniente y que circunda la ciudad desde El Pardo hasta Legazpi

Estos puntos mas elevados de Madrid, estarían localizados en:

 El  Palacio Real, donde se ubicaba la antigua almudayna árabe

 La iglesia de San Sebastián,  remata la calle de Atocha

 La Iglesia de  Santa Bárbara o de las Salesas Reales, al final de la calle de San Bernardo

 La iglesia de San Ildefonso en la Corredera Alta

 La iglesia de San Andrés, donde se alza la plaza de igual nombre

 La Iglesia de San Cayetano, en el alto de Lavapiés

El Viaducto, desde las Vistillas

Subida a las Vistillas, separada de la anterior por la calle-río de Segovia

Escalera para subir a las Vistillas, desde la calle de Segovia

Asi, la ciudad presenta una orografía ondulada en la mayor parte del municipio pero se puede cruzar sin pendientes superiores al 2,5% de desnivel

LOS BARRIOS BAJOS



Por otro lado, los desaparecidos Barrio de Lavapiés y Barrio de El Rastro, ambos incluidos en la actualidad en el de Embajadores,  formaban parte de los llamados «barrios bajos» de Madrid. Pero ‘barrios bajos’ en el sentido geográfico literal de la expresión, no en el despectivo de ‘barrio de maleantes’,  ya que se encuentran situados en un terreno bajo que desciende hacia el río Manzanares.

El Rastro

El trazado de las calles de estos dos barrios, especialmente las del Barrio de Lavapiés, son sinuosas y empinadas, pues ocupan el lugar de los torrentes que desde lo alto bajaban hasta el Portillo de Valencia y la Ribera de Curtidores que baja empinada camino del Manzanares.


OTROS PUNTOS MAS ALTOS:


Altos del Rebeque

Es una pequeña calle que está enfrente del Palacio Real, al lado de la Plaza de Oriente y que junta la manzana de las calles  de Requena con la calle de Noblezas mediante una escalinata de algo más de 20 escalones.

Una plaquita del Ayuntamiento de Madrid nos recuerda que en este lugar existió, hace ya mil años, la Puerta de la Xagra, puerta de acceso a la ciudad en tiempo de los Árabes cuando aquí estaba la Almudena, que así se llamaba la muralla árabe. Aquí en los conocidos como Altos del Rebeque estubo el punto más alto de la muralla árabe



La Cuesta de las Perdices

Se conoce como cuesta de las perdices al tramo de la carretera de la Coruña comprendido entre Puerta de Hierro y el hipódromo de la Zarzuela.

Aunque en la actualidad, después de diversas obras no se nota mucho, hasta los años 1960 del pasado siglo era una cuesta bastante pronunciada llegando a estar adoquinada.

En esta cuesta los madrileños acudían a probar la potencia de los coches después de su compra

El Cerro del Tío Pío


Es un parque vallecano  ubicado junto al barrio de Fontarrón, la Colonia de Santa Ana y a la Colonia de los Taxistas. Se le conoce comúnmente con el nombre de Parque de las Siete Tetas  por la forma que tienen sus colinas

El cerro de San Blas


 (denominado también cerrillo de San Blas)​ es un promontorio ubicado en uno de los extremos meridionales de los Jardines del Retiro de la ciudad de Madrid.

Se trata de una pequeña elevación del terreno, ubicada en la parte final del camino que conducía en su momento al monasterio de Atocha, que empieza a cobrar importancia en los últimos años del siglo XVI, desde el momento en que se construye una ermita dedicada a San Blas,​ cuyo nombre va a utilizarse desde entonces para designar también aquel «cerrillo». En él, mas tarde, se diseñó el Real Observatorio de Madrid cuyo edificio continua en la actualidad.

 


LOS ARROYOS


Los arroyos que transcurrian por Madrid para desembocar en el Manzanares, configuraron su relieve, formando sus colinas y a su vez, estas contribuyeron a que el agua labrara sus cauces; por eso es imposible hablar de la orografia madrileña sin mencionar sus arroyos y su rio

Bajo las calles de Segovia, Arenal, o la cuesta de San Vicente discurrían torrentes caudalosos que declinaban precipitadamente hacia el Manzanares.





La vinculación de Madrid con el agua procede del periodo visigodo, cuando la región era conocida como «Matrice» (madre de aguas) y de ahí, parte de esta leyenda:


“Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, esta es mi insignia y blasón”.


 “El profundo arenal que dio caminos al agua, y dio llanura que no había, tragando en sí los cerros convecinos.”

Estamos hablando de Madrid y estos versos son de Nicolás Fernández de Moratín, padre de Leandro y hacen referencia al relleno del cauce del arroyo del Arenal, y el de San Pedro, sobre todo, que tuvo lugar después de la llegada de la Corte a Madrid en 1561.

Muralla árabe, cerca de la Catedral de la Almudena

Los muros «de fuego» hacen referencia a la piedra de pedernal, con que se hicieron las antiguas murallas.


EL ARROYO DE SAN PEDRO



Iglesia de San Pedro el Viejo


El arroyo nestaba en la hoy Calle Segovia, al que dio nombre la Iglesia de San Pedro el viejo, cuya fundación puede deberse a Alfonso  X que cede un solar junto a las denominadas fuentes de San Pedro.

Las fuentes aparecen denominadas como «sci.petri» en el Fuero de 1202. Una de las primeras misiones de la parroquia fue velar por la distribución de sus aguas, que se vertían por los barrancos de la calle Segovia, desde las Fuentes de San Pedro.

La Plaza de Puerta Cerrada, con el inicio de la calle Segovia


Los visigodos encontraron una gran fuente en lo que hoy se conoce como Plaza de Puerta Cerrada, donde surgía un arroyo que discurría hacia el río Manzanares.




El Viaducto de la calle Bailén, salvando la antigua vaguada de la actual calle Segovia


La fundación de Madrid por los musulmanes sobre un terreno rico en acuíferos y arroyos, como el que corría por la Calle Segovia abajo, provocaba que algunas zonas de la ciudad, como la propia Plaza Mayor, fueran pantanosas.

Esquema de un acúifero

De hecho, bajo Madrid existe un acuífero terciario detrítico, que se convierte en la gran reserva de agua contra las sequías y el garante del abastecimiento básico para la población

Fuente de los Caños Viejos, con la escalera que desde la calle Segovia, sube a la de Bailén.




La Cuesta de los Ciegos  que desde la calle Segovia sube a la Plazuela de la Morería

( Por todas estas cuestas, bajaban corrientes de agua que alimentaban el Arroyo de San Pedro)


 foto: Carlos Viñas


La Plaza de la Cruz Verde con su escalinata que también desemboca en la calle Segovia

En esta plaza esta la Fuente de Diana, cuya diosa estaba situada antes en una fuente que había en  Puerta Cerrada

EL ARROYO DEL ARENAL



Entre las vaguadas que reconocemos con facilidad están la del Arroyo Arenal, coincidente con la calle del mismo nombre, que va a parar a la plaza de Ópera
Bajo su subsuelo se encuentra la  Fuente de los Caños del Peral, cuya agua proviene de la misma dehesa de la Villa, antes de Amaniel. Se pueden ver sus restos, en el metro de Ópera
 
 

LA CUESTA DE SAN VICENTE


Por la cuesta de San Vicente discurrían torrentes caudalosos que declinan precipitadamente hacia el Manzanares.

EL ARROYO DEL PRADO


Uno de ellos recorría el Prado Viejo. Lo que ahora son los bonitos paseos del Prado y de Recoletos, con sus fuentes y sus museos, durante siglos fue un escarpado barranco por el que corría el agua de un arroyo al que a su vez iban a parar las aguas que bajaban por sus laderas.

En 1767 se pone en marcha el proyecto del Prado de San Jerónimo por José de Hermosilla, el cual contemplaba la reforma el eje correspondiente al arroyo de la Fuente Castellana.

Grabado de la Fuente Castellana (1833). Acompañaba a la imagen el siguiente texto: “Vista del obelisco erigido en el nuevo paseo desde la puerta de Recoletos hasta la fuente Castellana”. (Fuente: Biblioteca Nacional de España)


EL ARROYO DE LA FUENTE CASTELLANA


Madrid ocupa una suerte de espinazo doble entre el río, al oeste, y dos arroyos confluyentes: el del Abroñigal, al extremo este, por donde discurre hoy la M-30, y el de la Fuente Castellana, que, desde la plaza de Castelar y de norte a sur, taja Madrid en dos mitades.





Plaza de las Cibeles y el Banco de España

Las aguas de este último, confluyen bajo Cibeles, con las de dos torrenteras que bajan de Gran Vía y de la Puerta de Alcalá.

Y estas aguas integran el sistema de seguridad del Banco de España, cuyos sótanos anegarían, en el remoto -pero no imposible- caso de dispararse todas las alarmas en torno a su cámara acorazada, situada a unas siete plantas bajo la cota de la calle de  Alcalá.




Plano de Mancelli


Totalmente soterrado desde el siglo XIX, el caudal de sus acuíferos discurre bajo el paseo de la Castellana (al que dio nombre), los paseos del Prado y Recoletos y la calle de Méndez Álvaro. El arroyo nacía en la que luego sería plaza de Emilio Castelar, donde se instaló en 1833 la primera  Fuente Castellana




Dehesa de la Arganzuela,​ con la fuente

Donde, mas tarde se emplazó La Fuente Castellana, en medio de un estanque de más de 100 metros de largo por unos 60 de ancho, rodeada de surtidores de agua.


Fuente de la Arganzuela 

Tras la reurbanización de la M-30 y el Parque Madrid Río quedó despojada de nuevo de su original diseño como fuente aunque se conservan la columna y las esfinges.


EL ARROYO DEL ABROÑIGAL


Otra loma, emplazada entre la última vaguada citada, de la Castellana y la del arroyo Abroñigal (hoy M-30 E), es la correspondiente al Ensanche Este, donde se alza la tercera u oriental, la más importante, larga y ancha de todas, que encima de la cual se disponen los barrios periféricos que van desde la Ciudad Lineal hasta el Puente de Vallecas.




EL ARROYO CULEBRO


 El afluente más importante con el que el Manzanares se encuentra en su curso bajo es el arroyo Culebro, corriente de unos 28 km de longitud, que mas tarde discurre por Leganés, Fuenlabrada, Pinto y Getafe y que desemboca en este último municipio.



 El arroyo Culebro nace en la laguna de Mari Pascuala, que recibe aportaciones de un acuífero, en el Parque Polvoranca,​ dentro del término municipal de Leganés (Madrid)

En su tramo final, el arroyo Culebro gira al noreste adentrándose completamente en el término municipal de Getafe para acabar desembocando en el río Manzanares, a unos 13 km al sureste de Madrid.

Aunque no pasa por la capital, nutre tanbién al Manzanares,

Plano geométrico de Madrid por Tomás Lopez de 1785

Bibliografía sobre el tema:


Aunque cuenta con precedentes desde el siglo XVI, la interpretación del relieve madrileño que acabamos resumir es muy moderna, y hasta llegar a ella ha sido necesario mucho tiempo.

Esa evolución es precisamente lo que trata de analizar » Los Estudios de Geografía Histórica» de Antonio López Gómezotro  o su segundo trabajo, centrado en «La percepción histórica del relieve de Madrid».

El libro reseñado, sigue un criterio puramente cronológico. Al comienzo se hace referencia a las descripciones y planos correspondientes a los siglos XVI y XVII; de este período destaca la referencia en varios lugares  a los «lomos de Madrid» aludiendo al emplazamiento general, mientras que en la ciudad misma los viajeros sólo mencionan colinas o cerros de manera imprecisa por lo común, llegándose a comparar incluso con Roma, la gran urbe por antonomasia…

EL MANZANARES


Ventisquero de la Condesa


Nace en el ventisquero de la Condesa que es un nevero de la Sierra de Guadarrama que, por extensión, da nombre a la zona montañosa que conforma su entorno. Está ubicado a unos 2.000 m de altitud, en la vertiente sur de la Cuerda Larga

El principal río de Madrid es el Manzanares, que penetra en el municipio en el entorno del Monte del Pardo alimentando el embalse del mismo nombre, al que también llegan las aguas de los arroyos Manina y Tejada


 
Embalse de Santillana


Ninguno de nosotros hemos visto el Manzanares fluir en régimen natural. Solo podemos imaginarnos cómo fue en el pasado a través de las crónicas de época. Estas nos lo pintan como un río de contrastes, propenso a inundaciones durante las épocas húmedas y a convertirse en cenagal durante los estiajes


Por sus fuertes crecidas y estiajes, el Manzanares nunca presentó un régimen hidrológico los suficientemente estable como para permitir a los madrileños saciar su sed. Por otra parte, el fuerte desnivel que era necesario salvar para subir sus aguas a la ciudad y la disponibilidad de aguas subterráneas hacía que la tarea, sencillamente, no mereciese la pena.

. En todo caso, sus habitantes se habrían contado solo por decenas. Cabe por ello pensar que el caudal de las fuentes de San Pedro habría sido suficiente para calmar la sed de la población sin que esta tuviera que recurrir a las aguas del Manzanares


En este fragmento de la famosa vista de Madrid dibujada por Anton Van der Wyngaerde en 1562, puede verse el solar sobre el que surgiría el barrio Imperial y los dos puentes que le sirven de límites: a la izquierda, el antiguo de Segovia (faltaban veintidós años para que Juan de Herrera construyese el actual) y en el extremo derecho el de Toledo (faltaban 150 años para que Pedro de Ribera construyese el que conocemos).


Cabecera del Canal del Rio Manzanares


En 1770, Carlos III aprobó la construcción del Real Canal del Manzanares, un proyecto contemplado desde hacía dos siglos para hacer el Manzanares navegable hasta el Tajo y desde allí hasta Sevilla

En 1818 se hicieron obras de ampliación, fundamentalmente estéticas, y se colocó en la cabecera (junto al puente de Toledo) un león de mármol sobre un pedestal flanqueado por sendas columnas de Hércules, mientras que dos escaleras de granito descendían hasta los paseos que corrían junto al canal. Se cegó en 1859 por ser un foco continuo de epidemias.



El Manzanares a su paso por el Paseo de Extremadura



Faltan más de cuatrocientos años para que el terreno valdío a la derecha, dentro del meandro del río, fuera ocupado por el estadio Vicente Calderón, que proximamente será derribado





EL PARQUE LINEAL DEL MANZANARES

Aunque urbanizado en una mínima parte al norte (parque de Ricardo Bofill) es hoy en día un depósito arqueológico y natural de la Comunidad de Madrid

. Pasado este espacio natural, el río comienza su curso urbano en torno a la ciudad universitaria, entrando después, brevemente, en la Casa de Campo, donde recibe las aguas del arroyo de Meaques.


Parque Lineal del Manzanares

En su siguiente tramo sirve de frontera entre numerosos distritos, dejando en su margen suroeste a los de Latina, Carabanchel, Usera y Villaverde y en el noreste a los distritos Centro, Arganzuela, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas y al resto de la ciudad. En esta fase, concretamente entre los distritos de Arganzuela y Puente de Vallecas, recibe el cauce del soterrado arroyo Abroñigal, cuyo recorrido coincide en su casi totalidad al de la autopista M-30, al usarse la depresión causada por su cauce como medida de insonorización de la vía rápida; también recibe las aguas del arroyo Butarque, estas en torno al distrito de Villaverde.


En lo que respecta al casco urbano de la ciudad,  el Manzanares recibe a los arroyos  (actualmente canalizados o soterrados) de  Meaques, de Abroñigal y de Butarque,  que nace en montes bajos

A su salida de la ciudad por el lado oriental del municipio de Getafe, donde recibe las aguas del arroyo Culebro, para desembocar poco después en las aguas del río Jarama , y en el entorno de Rivas-Vaciamadrid.



Comencé este artículo, con las vistas de la zona más antigua de Madrid … y quiero terminarla con el horizonte de la ciudad desde los montes del Pardo: Las Cuatro Torres al norte de Madrid, y sus últimas ediciones mas altas y modernas. FUENTES:



https://es.wikipedia.org/wiki/Madrid

http://www.parquelineal.es/descubrelo/

https://cvc.cervantes.es/foros/leer_asunto1.asp?vCodigo=19860

http://cosasdeagua.blogspot.com/2014/08/el-inutil-manzanares.html

http://madridconencanto-siema.blogspot.com/2015/03/museo-de-historia-de-madrid.html

«Descubriendo Madrid».

historias matritenses. blogspot


BIBLIOGRAFÍA:

LÓPEZ GÓMEZ, Antonio. «Estudios de Geografía Histórica». Madrid: Real Academia de la Historia, 1999.

Mercados, mercadillos y mercaderes de Madrid

En sus inicios, el Madrid más antiguo, el de los siglos X y XI, posteriores al establecimiento de los árabes en la villa y anteriores a la llegada de los cristianos, hubo un largo periodo de tiempo durante el cual la población creció y con ella la actividad agrícola, alfarera y comercial.
El origen de los mercados está en el trueque de mercancías y en la necesidad de intercambiar los bienes que cada individuo o agregado de individuos ha sido capaz de conseguir o producir.

En este artículo vamos a conocer algunas características, de como se producía la venta de los diferentes artículos en Madrid, desde su origen como población, hasta nuestros días.

«El vendedor de loza» Francisco de Goya 1779 Museo del Prado

A partir del establecimiento de los mercados y de las redes de distribución de bienes que de ellos se generaban, surgieron sistemas de comunicación para favorecer el intercambio y se establecieron nexos de relación social, tanto en los puntos de distribución próximos en los más extensos, que podían abarcar comarcas y localidades alejadas.


Recreación de un zoco

Regresamos a los orígenes de Madrid, hoy en busca de sus zocos, azoches, o lugares de mercado y también en los distintos vendedores que ofrecían productos del campo y artesanía llegada de los pueblos de manera ambulante.

El destino principal de las mercancías que transportaban en siglos pasados los arrieros y carreteros madrileños, después de recorrer pésimos caminos, cruzar los ríos por peligrosos vados o por inseguros puentes, expuestos al peligro del bandolerismo, etc., eran las ferias y los mercados que se celebraban en varias poblaciones, los Reales Sitios y, sobre todo, la capital.

Recreación de una de las puertas del Madrid islámico

A la capital llegaban todos los productos del suelo y de la industria de casi todos los pueblos de la provincia, convirtiendo a Madrid en perpetuo mercado.

Varias plazas y plazuelas madrileñas fueron en siglos pasados lugares de venta de comestibles, sobre todo frutas, hortalizas, pan, carne y pescado.

Como nos cuentan los especialistas, para que una mera fortaleza fuera considerada ciudad debía tener una muralla, un edificio residencia de la persona que ejerciera el poder, una mezquita y un zoco. Todo ello lo tenía Mayrit, al menos desde la segunda mitad del siglo X.

Maqueta de Madrid (ya cristiano, con el Alcázar y algunas iglesias)

El mercado se instaló en la plaza de San Salvador, hoy de la Villa,  hasta la plaza de la Paja, dos de los lugares con más encanto de nuestra ciudad, y bordeando lo que fue el probable segundo recinto islámico habitado por pequeños núcleos de población que fueron creciendo poco a poco. Ambas plazas, extramuros de la posible medinilla, se convirtieron en lugar de mercado y con el tiempo centro de los arrabales islámicos.( en la imagen, la medinilla y su cerca a la izquierda y el 2º recinto a la derecha)

Plaza de la Villa 

Existió pues, el gran zoco en la plaza de San Salvador (hoy de la Villa) a la salida del recinto amurallado por el camino que partía de la Puerta de la Almudena, hoy calle Mayor
El zoco (suq) era el lugar donde se concentraba la intensa vida del mercado agrícola y artesanal y en Madrid, se solía improvisar en las calles, normalmente cerca de los dos centros de la vida social, la mezquita y los baños.

Fue el más antiguo lugar de actividad comercial y también política. El rey Enrique IV dio licencia para que se hicieran soportales en la plaza «porque las gentes ayan do se poner en tiempo de necesidades…».
En 1494 los soportales no se habían hecho o bien era necesario renovarlos, puesto que, por una cédula de 30 de julio de ese año, los Reyes Católicos concedían al Concejo madrileño «facultad para echar sisa en cantidad de 100.000 maravedíes con objeto de hacer portales en la plaza destinados a la venta de comestibles»

LA PLAZA MAYOR


En los años finales del siglo xv, los vendedores fueron instalando sus puestos en la plaza del Arrabal (la que luego sería plaza Mayor), porque, al estar situada extramuros de la villa, quedaba libre del control fiscal.




La Plaza Mayor en Navidad años 60

Las autoridades madrileñas obligaban a los comerciantes a vender solo en los soportales que se habían construido, con el fin de cobrarles impuestos. Los hortelanos y panaderos se negaron a ello y recurrieron al Consejo de Castilla, alegando que esos soportales se habían hecho no con fondos del Concejo, sino con el dinero recaudado con las multas que pagaban los vecinos.

Imagen navideña de la pavera, que no faltaba nunca en la plaza.

Una peculiar «pavera» circunstancial: La Chelito, cupletera de la época.

Las aguadoras, otra imagen que no podía faltar

Los puestos de la plaza Mayor estaban colocados de forma desordenada, lo que ocasionaba problemas de circulación.

Hubo varios intentos de ordenarlos, pero como esa plaza sirvió también de escenario para la celebración de festejos con motivo de bodas y bautizos reales, corridas de toros, representaciones teatrales, canonizaciones y también autos de fe y ajusticiamientos, la labor fué dificil.

Los hortelanos de Madrid y su término tuvieron asignados durante algún tiempo 74 puestos de siete pies cada uno en la plaza Mayor, ocupando el espacio comprendido entre el arco de la calle de Toledo y el de Botoneras.

Puente de Toledo

Para facilitar este trasiego de mercadería, a mediados del S.XVIII, Carlos III mandó abrir una amplia avenida entre el puente de Toledo y la puerta de igual nombre, que se denominó paseo de los Ocho Hilos (es el último tramo de la actual calle de Toledo) porque tenía ocho hileras de árboles.

Parador y Posada de la Estrella

Desde el principio, comienzan a instalarse posadas y mesones en las cercanías de la antigua puerta de Toledo. La actual es de 1827. Junto a ella existían a finales de siglo XIX tres paradores, llamados La Estrella, El Sol y La Luna. Otro parador famoso fue el de Gil Imón, en la ronda de Segovia, que desapareció unos años antes que los anteriores


Otros lugares de venta en la capital fueron las plazas de la Red de San Luis, de Santo Domingo, del Rastro, de la Cebada, de Antón Martín, etc.que iremos viendo a continuación:

MERCADILLO DE ANTÓN MARTÍN

El mercado de Antón Martín  es un mercado de abastos ubicado en el centro de Madrid, ​ entre las calle de Atocha (junto a la parroquia de San Salvador y San Nicolás) y la de Santa Isabel



Sastres cortando las capas durante el bando de Esquilache

Se conocía, desde al menos el siglo XVII, como plazuela de Antón Martín, y se utilizaba como plaza de mercado, con un «repeso» menor, que en 1766 fue el lugar de inicio del motín de Esquilache.

El mercado pasó a ser una plaza de abastos cubierta, que incluye un pasaje descubierto entre la calle de Atocha y la calle de Santa Isabel  Algunos de los puestos del mercado se distribuyen a lo largo de la calle Santa Isabel.
En la plaza de Antón Martín llegó a haber veinte puestos de pescado y fruta que quedaron destruidos por un incendio, probablemente provocado  por motivos políticos, el 10 de agosto de 1690.

Se dudó sobre la conveniencia de volver a instalar los puestos, pero, teniendo en cuenta el perjuicio que se hacía a los vecinos de esa zona, se colocaron de nuevo las mesas y los cajones que lo formaban.

Edificio actual del mercado


Entrada al Metro en la Red de San Luis 1925
MERCADILLO DE LA RED DE SAN LUIS

El mercado que se reunía en la Red de San Luis existió durante años hasta que en 1830 

Plaza del Carmen en 1935

Despues se trasladaron los puestos, que afeaban esa zona, a la próxima plaza del Carmen, que se convirtió en el lugar madrileño donde se concentraban mayor número de vendedores.


MERCADO DE LA CEBADA

El mercado más grande de Madrid, ubicado en la Plaza La Cebada de La Latina.

Dibujo con vista antigua de la plaza, donde se ve en primer término la fuente que la adornaba, y al fondo la cúpula de San Andrés.

En sus orígenes fue un mercado abierto en la plaza, que acercaba a los alimentos que entraban por la Puerta de Toledo a muchos de los habitantes de Madrid. Fue apenas en 1868 cuando se le puso forma a la edificación de hierro que luego tuvo varias renovaciones.

Antiguamente, en esta plaza se comerciaba con cereales, legumbres y tocino, abastecidos los tenderetes con productos que entraban por la Puerta de Toledo. y se dice que de ahí venia su nombre de «cebada»
Sin embargo, según Mª Isabel Gea, el nombre se debe a que aquí se separaba la cebada destinada a los caballos del rey de la de los regimientos de Caballería.

Detalles de la plaza a finales del S.XIX

Los carros y caballos que se ven en la imagen eran los que transportaban los alimentos desde los pueblos. En el siglo XVIII, el número de carretas que entraban en la capital aumentó y, por lo tanto, también lo hicieron los problemas de tráfico y los accidentes que se producían en sus calles.

En 1870 empezó la construcción del Mercado de la Plaza de la Cebada (entonces de Riego), realizado bajo la dirección del arquitecto Mariano Calvo Pereira, siguiendo el modelo del de Les Halles en París.

Construido con modernas estructuras de hierro y cristal se trataba de un vasto edificio de planta irregular, compuesto por dos pisos, y con una superficie de 6.323 metros cuadrados. Inaugurado por el rey Alfonso XII el 11 de junio de 1875, fue derribado en 1956, construyéndose en su lugar el actual mercado de la Cebada.

Entrada al mercado (observad el anuncio del chocolate Matias Lopez, al fondo)

 En las fotos pescaderías de la Cebada

y un puesto de patatas

LA PLAZA DE LOS CARROS

Aledaña a la de la Cebada, y la Iglesia de San Andrés. Se aprecia el muro de la Capilla de San Isidro
En la de Carros se estacionaban y contrataban esos medios de transporte, con dos o tres mulas, durante todo el siglo XIX y primeros años del XX.


PLAZA DE LA PAJA

 Muy cerca de la Cebada estaba la plaza de la Paja, verdadero centro del Madrid medieval, llamada así porque en ella se subastaba la paja que se otorgaba a los canónigos de la vecina capilla del Obispo (se puede ver al fondo) para el mantenimiento de las mulas que poseían.

EL RASTRO

Hoy día, es un mercado al aire libre, originalmente de objetos de segunda mano, que se monta todas las mañanas de domingos y festivos

Grabado de Luis Huidobro de la revista «La Ilustración Artística» 1916

Plaza  con el llamado «héroe de Cascorro»,  Eloy Gonzalo, que participó en la Guerra de Cuba, presentándose como voluntario para prender fuego, con un bidón de gasolina, a la posición de los insurrectos cubanos en Septiembre de 1896, hazaña en la que salió con vida.

Anteriormente la localización era el matadero del Rastro y Carnicería Mayor que se hallaba junto al llamado Cerrillo del Rastro, en la actual plaza del General Vara del Rey.
El 14 de mayo de 1569 se acordó la instalación del Rastro junto a  la Casa Cerrillo, entre las calles Ribera de Curtidores y Piñón.

El «tapón del Rastro»

Para ello, se compró un terreno  por 60.000 maravedies a los que se unió, mas tarde, otra tierra  para el degolladero de carneros.
El matadero era un edificio grande.y el degüello de los animales, se realizaba durante la madrugada y un reguero o rastroEl Rastro – de sangre salía por la puerta del matadero y bajaba por la «Ribera de Curtidores“ pues allí se instalaron estos profesionales.

En 1919, como muestran las fotografías, aún quedaba una zona del tapón conocida como «Las Américas» que será expropiada y derribada por el Ayuntamiento para prolongar la calle Ribera de Curtidores hasta el nuevo Matadero.

Vista de la Ribera de Curtidores con todos los tenderetes en los años 30-40

Una anciana cerillera

Otro clásico: los vendedores de corbatas.

Vendedores de pájaros



El llamado «Vaquero del Rastro»

Poco a poco esta zona fue convirtiéndose en un mercado de verduras y otros objetos, lo que constituiría el origen remoto del Rastro actual, donde se vende practicamente «de todo»

LOS MATADEROS DE MADRID

La primera noticia que se tiene de la existencia de un matadero en Madrid se remonta al reinado de los Reyes Católicos, cuando se reorganizó el gremio de los carniceros en 1502.

A partir del siglo XVI se instalaron sucesivamente en diversos emplazamientos mataderos dedicados al despiece de reses en Madrid. Una de las primeras carnicerías se encontraba en la que era la plaza del Arrabal (actual Casa de la Carnicería en la Plaza Mayor).

Se comenzó con un matadero de reses vacunas ubicado en la calle de Toledo y a comienzos del siglo XVII se construyó un matadero en el cerro de la calle Ribera de Curtidores, en la actual plaza de Cascorro. A este cerro se le denominó del Rastro, anteriormente descrito

El creciente volumen diario de entrada de ganado a través de la Puerta de Toledo, y ya en el siglo XIX, se prohibió el acceso de animales al recinto de la ciudad a no ser que se hiciese por la Puerta de Toledo, donde se localizó otro nuevo matadero.


Los Mataderos en 1916

EL MATADERO DE ARGANZUELA

El ayuntamiento consideraba, por informes de 1888, que la ubicación ideal de nuevo matadero y mercado de ganados debería ser en la zona sur de la ciudad, próxima al río y los ferrocarriles. Se eligió como emplazamiento la dehesa de Arganzuela, prado junto al río que era propiedad del ayuntamiento y en el que apacentaba el ganado antes de ser sacrificado en la casa-matadero de la Puerta de Toledo

La obra dio comienzo el 21 de junio de 1911 tras haberse desbrozado el terreno. Las obras sufrieron varias interrupciones y suspensiones debido a desajustes presupuestarios en el ayuntamiento. Uno de los primeros problemas que afectó a la construcción fue la carestía de hierro debido al desarrollo de la Primera Guerra Mundial.

En el paseo de la Chopera y entre éste, el río y el puente de la Princesa se construyó en 1928 el inmenso Matadero de Legazpi en estilo neomudéjar.

Detalles de las naves de las reses, de distintas épocas

El matadero y mercado municipal de ganados de Madrid fue un conjunto de 48 edificios y 165.415 metros cuadrados dedicado a realizar funciones de matadero industrial y mercado de ganados en la ciudad de Madrid durante la mayor parte del siglo XX. .

Al final, el Estado cedía al ayuntamiento de Madrid los terrenos de la antigua dehesa de Arganzuela, para que en un plazo de diez años convirtiera el solar del Matadero y Mercado de Ganados y el del Mercado Central de Frutas y Hortalizas en una zona verde: el Parque de la Arganzuela (situado entre el paseo de las Acacias y el de Santa María de la Cabeza)

Cuando, a partir de 1970 las instalaciones comenzaron a quedar obsoletas, se iniciaron las primeras intervenciones para dotar de nuevos usos a algunas naves. (Como el invernadero de la imagen)

Tras el traslado del matadero a Mercamadrid en 1996, sus numerosas naves rehabilitadas, como salas de exposiciones, cine etc, con la Casa del Reloj como edificio señero, constituyen hoy un complejo espacio cultural integrado en el «Parque Madrid Río».

EL MERCADO DE FRUTAS Y VERDURAS

El 23 de abril de 1935 se inauguró el Mercado Central de Frutas y Hortalizas, enfrente del Matadero al otro lado de la calle que accedía al puente de Andalucía desde la plaza de Legazpi, en el último terreno libre de la antigua dehesa de Arganzuela.

En esta foto se refleja una imagen habitual del mercado : la «rebusca» de hortalizas desechadas


Camiones de transporte de frutas y hortalizas

Años después también fué trasladado, como el anterior a Mercamadrid

MERCADO DE SAN MIGUEL

Al lado de la Plaza Mayor, se encuentra una imponente estructura de hierro de inicios del Siglo XX que se mantiene intacta.

En el espacio en el que ahora se sitúa el mercado, que no era tan amplio como es la actual plaza, se encontraba la Iglesia de San Miguel de los Octoes, (letra L) que lindaba con la primera muralla de la ciudad. En el s. XVI ya metieron mano a la muralla para ampliar ligeramente el espacio en el que ésta se encontraba y aperecieron los primeros comerciantes en los alrededores de la misma.

Posteriormente, con la llegada de José Bonaparte, en el S XIX, y su fijación por acabar con los espacios estrechos (le apodaron “plazuelas”), Bonaparte decide demoler el templo, en 1809, aprovechando que el templo había quedado bastante deteriorado por un incendio sucedido en 1790 en la Plaza Mayor. Asi quedó un espacio abierto, que pasa a ser la Plaza de San Miguel.


En el espacio liberado se estableció un pequeño mercado al aire libre destinado a la venta de pescado, lo cual generaba un espantoso olor, especialmente cuando más recios se hacian los calores del estío.

Desde mediados del siglo XIX se fueron abriendo paso las ideas higienistas y funcionalistas de urbanistas, médicos y científicos que denunciaban la insalubridad y la suciedad de estos mercados al aire libre, que además dificultaban el tráfico rodado y peatonal porque solía extenderse la compraventa a las calles colindantes

Se plantea entonces, la necesidad de proteger el recinto, se comienza este proyecto antes de mediados del S. XIX

Pero es a principios del s. XX es cuando se acaba un mercado cerrado, bajo un nuevo proyecto y con estructura de hierro fundido al estilo parisino.



 En 1912 Alfonso Dubé y Díez proyectó un mercado cubierto, de estructura metálica, que vino a sustituir a la endeble estructura de 1835

Hoy día, este mercado de Madrid es un espacio lleno de luz natural gracias a su estructura de cristal y hierro. Se ofrece una importante propuesta gastronómica con productos frescos. Desde su reapertura en el 2009 se encuentran como uno de los mayores centros de degustación de Madrid.



1901

MERCADO DE SAN ILDEFONSO


El Mercado de San Ildefonso fue un mercado de abastos de Madrid situado en la que luego sería plazuela de San Ildefonso, dentro del chispero barrio de Maravillas. 

1930

Le dio nombre la iglesia parroquial de San Ildefonso, (c/ Colón, 16) y es de suponer que, en un principio, este mercado surgió por la reunión de varios tenderetes que con el tiempo pasaron a ser estables y cuyos dueños, en algún momento, decidieron organizarse conformando así una plaza semiabierta y techada en donde vender sus productos.

Mercadillo en la Corredera Baja de San Pablo, en las proximidades del Mercado de San Ildefonso
.en 1950

Derribo

Fue uno de los primeros edificios de este género en desaparecer tras permanecer activo más de un siglo, desde 1835 hasta 1970, año en que fue derribado.

En la actualidad es un mercado gastronómico, con una oferta enteramente culinaria. Se auto denominan con el muy «madrileño»nombre de «Street Food Market», con quince puestos y una propuesta variada. Abiertos todos los días y ubicado en el alternativo barrio de Malasaña.


MERCADO DE OLAVIDE

A partir de 1868 comenzaron a establecerse en la Plaza de Olavide los típicos tenderetes de mercadillo de calle, que servía de distribución de abastos para la población del barrio y aledaños.
Los cada vez más numerosos puestos ofrecían pocas garantías sanitarias a la clientela, lo que condujo a la creación de un recinto cerrado, con estructura de hierro y cubierta de zinc, proyectado por Eduardo Adaro, que fue inagurado 1876.

Era de planta hexagonal y de modestas proporciones, como se advierte en la foto y  tenía una techo que se iba escalonando hasta dar a un patio central.
Un 2 de noviembre de 1974, mediante una voladura controlada, desaparecía para siempre el Mercado de Olavide

MERCADO DE LA PAZ

En pleno corazón del Barrio de Salamanca, en la calle de Claudio Coello de Madrid y desde 1882, el Mercado de La Paz es un mercado de abastos municipal que edificado en 1879 con aire modernista ,con diseño al estilo de  August Eiffel  siendo el último de los mercados municipales construidos en el siglo XIX.

Fue completamente remodelado en los años cuarenta y se cambió por completo su distribución interior y fachadas. Se trata de un mercado que posee unos setenta puestos de venta muy variados.

LONJA DE PEÑUELAS

Establecido en la Calle Laurel, al oeste de la prolongación de la calle Embajadores, en el arrabal de Las Peñuelas.

En esta lonja, fotografiada a principios de 1900, se vendían todo tipo de comestibles y cereales, además de jabones, aceites, vinos y licores.

MERCADO DE LOS MOSTENSES


 Fue construido sobre el solar del antiguo convento de Premostratense de San Norberto, que fundado en 1611, había sido derribado durante la dominación francesa.



Gemelo del de la Plaza de la Cebada, aunque un poco más pequeño, se trataba de un mercado de hierro y cristal, al estilo del de Les Halles en París. Realizado bajo la dirección del arquitecto Mariano Calvo Pereira, fue inaugurado por el rey Alfonso XII el 11 de junio de 1875. y derribado en 1925 con motivo de las obras de la Gran Vía.


MERCADO DE TIRSO DE MOLINA

Madrid conserva uno de los pocos vestigios de la arquitectura civil de la Segunda República. Es el Mercado Municipal de Tirso de Molina, construido en 1932, y no se encuentra en la castiza plaza del mismo nombre sino en el barrio de Puerta del Ángel, arropado por la Casa de Campo
La lonja conservó su nombre y su escudo republicano, uno de los pocos que existen de esa época.

Este edificio de ladrillo visto de estilo neomudéjar y estructura protegida, obra de Luis Bellido, sobrevivió a la cruenta Guerra Civil y a los obuses, cuyas huellas conservan dos vigas del techo partidas en dos.

Enclavado en lo que fue «zona roja», porque era ahí donde estaba enclavada entonces la plaza del mismo nombre en pleno frente de batalla, que estaba al lado de la Quinta del Sordo y del Lavadero del Manzanares, a pocos metros de lo que ahora se denomina Madrid Río.



Tras la contienda, el paseo de Extremadura y zonas aledañas quedaron devastadas y el nombre del dramaturgo se mudó después a la plaza del centro de Madrid. En la imagen, la zona en 1946

MERCADO DE MARAVILLAS

El Mercado de Maravillas, es uno de los primeros centros comerciales a gran escala que se realizan en España, y es sin duda el mercado de mayores dimensiones de Madrid y uno de los más grandes de Europa.

En la zona había una fábrica de papeles satinados denominada Las Maravillas, que fué adquirida por los Hermanos de las Escuelas Cristianas en agosto de 1889. Se funda entonces un Noviciado para después trasladarse, dejando el solar vacio, patrocinando así que este se convirtiera en colegio de segundaria. El 11 de Mayo de 1931 un incendio (imagen) destruye por completo el Colegio, y no fue hasta 1933 cuando se proyecta su reconstrucción como Mercado Municipal

La zona en los años 40

Y, en el antiguo solar del colegio se construyó, en 1942, el enorme mercado de Maravillas, obra del arquitecto Pedro Muguruza Otaño, de admirable diafanidad y magnífica iluminación conseguida a base de claraboyas cenitales. Una de las mejores obras de la arquitectura racionalista en Madrid.

MERCADO DE SAN ANTÓN


El Mercado de San Antón es un mercado de abastos ubicado en el barrio de Chueca en Madrid.



El primer edificio se construye en el año 1945 bajo el proyecto del arquitecto Carlos de la Torre y Costa

La zona tenía un mercado al aire libre en el siglo XIX: un mercado de cajones de madera denominado de «San Antón». Su nombre se debe por encontarse junto a la parroquia de San Antón


Aunque en su apariencia parece un mercado nuevo, realmente opera desde 1945 sobreviviendo incluso a la Guerra Civil Española. En la primera década del siglo XXI se produce la renovación, para ello se derriba el antiguo edificio en 2007, y se construye uno nuevo con estructuras específicas para los servicios de mercado

MERCADO DE CHAMBERÍ

El mercado data del año 1876, pero tras una profunda reforma se inauguró en 1943, completando así los cuatro mercados del barrio: Vallehermoso, el de Guzmán el Bueno, el de Olavide (desaparecido en los años setenta) y el Mercado de Chamberí.
Este tradicional mercado, con acceso por las calles Alonso Cano, García de Paredes y Viriato, se ha consolidado a lo largo de sus casi 70 años de funcionamiento continuo, como uno de los principales referentes de la red de mercados de Madrid

MERCADO DE SAN FERNANDO

En el año 1944 se inaugura el Mercado de San Fernando. Diseñado por el arquitecto Casto Fernández-Shaw, el edificio muestra cierta monumentalidad en su fachada exterior, que recuerda la arquitectura palaciega y representativa de los Austrias

Construcción del primer mercado, delante de las ruinas de las Escuelas Pias de San Fernando hoy día recuperadas como biblioteca

Vista de las edificaciones de las Escuelas Pias, antes de su destrucción

El General O´Donnell en la batalla de Tetuán

MERCADILLO DE TETUÁN

En la Dehesa de Amaniel, en terrenos del pueblo de Chamartín de la Rosa, habían acampado en 1860 las tropas vencedoras de la guerra de África al mando del general O´Donnell, en espera de su entrada triunfal en la capital, que nunca sucedió


Alrededor del campamento, que de provisional se iba convirtiendo en permanente, se formó un mercadillo para abastecer las necesidades de los soldados así como para la de los miles de curiosos que se acercaban por allí desde Madrid. Con el tiempo se fueron creando merenderos y ventas donde los madrileños acudían los domingos a pasar un día de campo y para hacer compras más baratas, ya que los comerciantes no pagaban los arbitrios que grababan a las mercancías que entraban en Madrid por el fielato instalado en la glorieta de Cuatro Caminos. Allí se vendía de todo, frutas, verduras, cacharros, ropas, etc.

Este asentamiento, que empezó a ser conocido como Tetuán de las Victorias (por la ciudad marroquí de Tetuán, en donde se firmó la rendición de las tropas marroquíes, y bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Victorias)

Se convirtió la zona en un auténtico zoco moruno, cuyo único vestigio actual es el “Rastrillo de Tetuán”, desaparecido de su lugar de siempre en la calle de Marqués de Viana y hoy en la avenida de Asturias.
Es así, que el actual distrito creció a partir de dos asentamientos simultáneos e independientes: el de los alrededores a la glorieta de Cuatro Caminos y, a partir del límite municipal, el de Tetuán,

De aquellos antiguos tenderetes instalados provisionalmente para abastecer a los soldados de la Guerra de África, se pasó a multitud de establecimientos: tiendas de ropas, de zapatos, de menaje, de mobiliario, mercerías, ferreterías, tabernas, despachos de vinos, ultramarinos… Un carácter comercial que ha continuado, sobre todo en el área de Bravo Murillo, donde se concentra la mayor parte de la oferta

El mercadillo esta en la actualidad en la Avenida de Asturias y no se si lo quieren llevar otra vez a la calle Príncipe de Viana, donde estuvo antes.

LA VENTA AMBULANTE

Una tradición netamente madrileña: la gallinejera, que ya solo se ve en las Verbenas de San Isidro y la Paloma.

El Churrero



Otro churrero…vigentes hoy día.

El afilador: a veces se oye su flauta por las calles

Hace poco más de medio siglo, se podían ver por nuestras calles curiosos tipos populares, vendedores ambulantes, la mayoría pregonando su mercancía, como afiladores de cuchillos y tijeras o los escardadores de lana para colchones, a domicilio.

El barquillero con su ruletilla para los niños

El cacharrero

El del «carrito del helado»

La castañera  que aún se ven en alguna esquina.

La cerillera,  ya desaparecida

Pero habia, ( y aún quedan) muchos vendedores solitarios, sin tenderete que deambulaban por Madrid, sobre todo en el Rastro.

El colchonero, que vendía solo su trabajo voceando por las calles… creo que al menos en Madrid ya no existen…

El de los «curritos» y Don Nicanor, tocando el tambor, que encantaba a los crios…

El lañero que arreglaba los cacharros metálicos: Missing!

El puesto de melones que aún hoy día no nos falta en el verano… de Villaconejos, eh?

No podemos olvidarnos de los vendedores de frutas entre los que abundaban los puestos de melones y sandías por las calles de los barrios.

Uno practicamente perdido en Madrid: el melero de la Alcarria: que voceaba, «buena mantequilla , buen queso, de la Alcarria buena miel»!

La pipera, hoy de  «chuches» pero con kiosko

Otro perdido de su venta en la calle: el requesón de Miraflores.

Otro lañador…este, arreglando utensilios desaparecidos: la jarra y el cubo para el lavabo portatil.

Barquillero, vendedor de corbatas y limpiabotas que entonces abundaban

Hortelano que vendía por la calle sus verduras.

Fueron muy frecuentes las ventas ambulantes, recorriendo los vendedores las calles madrileñas con sus carros o caballerías. Hasta que quedó prohibido vender el pan que se llevaba sobre las bestias de carga. Tenían que hacerlo obligatoriamente al principio en la plaza Mayor, y posteriormente se autorizó a vender pan en otras plazas, plazuelas y puestos callejeros

Y un completo «friki» el vendedor de crecepelo

Y solo me quedan los manteros, vendedores ilegales que se instalan con sus tenderetes de mantas y plásticos en el suelo, con ropa y bolsos, gafas y pelotas de tenis, e incluso algunos queso y chorizo envasado al vacío y latas de anchoas…

FUENTES:

http://gastroaventurasdecarmen.blogspot.com/2013/12/ruta-por-mercados-antiguos-de-madrid-2.html

https://urbancidades.wordpress.com/2008/07/02/fotos-de-mercados-antiguos-de-madrid-iii/como

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/antiguos-mercados-madrilenos-784441/html/

http://por-las-calles-de-madrid.blogspot.com/2012/09/las-antiguas-plazas-de-mercado.html

https://www.tienesplaneshoy.com/2013/12/mercado-de-san-miguel-gastronomia.html

http://www.mercadodesanfernando.es/historia/

https://artedemadrid.wordpress.com/tag/calle-segovia/

http://www.publiconsulting.com/wordpress/madrid/chapter/capitulo-uno/

http://www.publiconsulting.com/wordpress/madrid/chapter/capitulo-cuatro/

https://historia-urbana-madrid.blogspot.com/2014/07/el-rastro-por-la-manana-de-ramon-de-la-cruz-madrid-1770.html

Imágenes de Madrid

Carlos Carretero.com


Bibliografía:

«EL MADRID DESAPARECIDO»  María Isabel Gea Ortigas  LA LIBRERIA, 1992

Historias del Alcázar de Madrid

En esta ocasión quiero hablaros de un antiguo edificio de Madrid, muy probablemente el gérmen del que surgió la ciudad, y es por esta circunstancia, por la que no se trata de contar solo sus detalles arquitectónicos sino de relatar también, la historia de algunos de sus personajes y acontecimientos mas destacados.

Para poder vigilar y controlar el territorio de la Marca Media (entre la Sierra de Guadarrama y el río Duero) fue necesaria la construcción de numerosas atalayas y fortificaciones para frenar y vigilar el avance cristiano, como las que se pueden ver en la imagen.
La fundación de Madrid fue uno de estos casos. Madrid estaba en una pendiente muy elevada, poseía el arroyo de San Pedro (actual calle Segovia), el arroyo del Arenal y el arroyo de Leganitos, por lo que poseía recursos naturales para la alimentación y la defensa.

La historia del Alcázar de Madrid se remonta a los orígenes mismos de la ciudad, más concretamente a su fundación por el emir musulmán Muhammad ben Abd al Rahmman entre los años 850 y 866 con una función puramente militar; esto es, reforzar el sistema defensivo de la Marca Media.

 

Recreación del Mayrit musulman
La muralla poseía tres puertas principales (La Xagra, Alvega (la Vega) y Santa María) por las que se accedía a la medina de Mayrit. Además poseían una mezquita árabe, que era la primitiva Iglesia de Santa María, actualmente demolida (en 1868 para ensanchar la calle Mayor y Bailen), aunque se conservan restos arqueológicos
La ciudad musulmana sobrepuesta a un plano actual de las calles de Madrid

Poco sabemos sobre el Alcázar musulmán, que debió ser un simple castillete que junto con la muralla conformaban el entramado de fortificaciones que protegían la ciudad. En cuanto a su ubicación, hay varias interpretaciones; una tradicional, según la cual estaría situado sobre el posterior Alcázar -actual Palacio Real-, y otra más reciente que lo emplaza más al sur, entorno a la ladera norte de la calle Segovia.
En la primitiva ciudad, tambien existieron dos arrabales, donde actualmente se encuentran Las Vistillas y otro en las inmediaciones de la primitiva iglesia de San Nicolás y San Salvador.

Del mismo modo, vuelven las controversias en los años posteriores a la conquista cristiana; así, mientras que para unos la antigua fortaleza musulmana fue paulatinamente reformada por diversos reyes castellanos, otros hablan de construcción ex novo ya sobre el solar del actual Palacio Real.

LOS TRASTÁMARA

Sea como fuere, lo cierto es que el Alcázar madrileño no empieza a alcanzar cierta entidad hasta que la dinastía de los Trastámara lo elige como residencia regia, convocando en la Villa cortes sucesivamente. Así, Enrique III -según nos cuenta León Pinelo-, le confirió un aspecto más palaciego, realizando para ello diversas obras de importancia como el levantamiento de algunas torres.

La misma política siguió su hijo, Juan II, quien también realizó importantes reformas como la construcción de una nueva capilla, y de una sala, que decorada con un gran lujo se la acabó conociendo como la “Sala Rica”

Posteriormente, Enrique IV eligió de nuevo el Alcázar como una de sus residencias favoritas, y en él residió durante largas temporadas, naciendo en una de sus salas Juana la Beltraneja, el 28 de febrero de 1462.
A Enrique, que no tuvo hijos, le llamaban «el impotente» y se dice que su hija lo era de D. Beltrán de la Cueva, de ahí su nombre. Al morir el rey, Isabel, hermana de Enrique y Juana iniciaron una guerra por la sucesión al trono



                      ISABEL I                                                JUANA LA BELTRANEJA

Algunos años después, tras el estallido de la guerra civil, el edificio sufrió numerosos daños puesto que en 1476 los seguidores de la Beltraneja fueron sitiados en el recinto por las tropas de Isabel I

El alcazar en el S.XVI



Jan Cornelius Vermeyen (1500-59) grabado del año 1534 «El Castillo de Madrid» en el que aparece la imagen de la iglesia de San Miguel de la Sagra,  junto a las torres del Alcázar.

CARLOS I


Vista del Madrid de la época por  Antoon Van Den Wijngaerde

Poco a poco el Alcázar madrileño se fue convirtiendo en una de las residencias reales más importantes del reino de Castilla, a pesar de los destrozos que sufrió durante la Guerra de las Comunidades, y de servir de prisión al rey Francisco I de Francia tras su captura en la batalla de Pavía (1520).

La primera ampliación de importancia acometida en el edificio se efectuó en el año 1537, por encargo del emperador Carlos V

En 1536, el emperador Carlos V decidió otorgarle una impronta más cortesana y palaciega, encargando su reforma a los maestros Luis de Vega y Alonso Covarrubias, quienes además de renovar las estancias ya existentes, duplicaron la superficie del edificio con la construcción de un nuevo cuarto para la reina entorno a un segundo patio, y una nueva fachada rematada por las armas imperiales.

FELIPE II
Pero el personaje clave en las obras de modernización y ampliación del Alcázar va a ser sin ninguna duda Felipe II. Ya desde su primera regencia en 1543, el todavía príncipe imprimió un nuevo ritmo a las obras, que se incrementará más aún si cabe a partir de 1561, cuando decide trasladar la Corte a Madrid. 

Felipe II, (Tiziano)

Gran aficionado a la arquitectura, supervisó al completo la reforma del edificio. Si bien su padre Carlos I de España ya había sopesado la opción de fijar la corte en Madrid, y a él se le debe una primera remodelación del edificio, fue durante el reinado de su hijo cuando el palacio adquirió su forma característica. Las obras, que se extendieron desde 1561 hasta 1598, fueron dirigidas inicialmente por Gaspar de la Vega


Juan Bautista de Toledo, arquitecto de El Escorial
Felipe II ordenó al arquitecto Juan Bautista de Toledo que se pusiera al frente de las obras, siendo este autor el que consolide definitivamente el Alcázar como la principal residencia real. Juan Bautista de Toledo, remodeló principalmente la parte más antigua, reconstruyendo salas, levantando galerías, y sobre todo, construyendo la denominada Torre Dorada en el extremo sudoeste, siendo un torreón rematado con un chapitel de pizarra similar a los usados en su obra magna.


CASA DEL TESORO
Con esta denominación se designaba a un complejo arquitectónico, destinado a diferentes servicios, que constaba de dos recintos principales: las Casas de Oficios y las cocinas nuevas.
Sus obras, que comenzaron en 1568, en tiempos de Felipe II, se realizaron a partir de un diseño que contemplaba inicialmente una construcción independiente, pero que finalmente fue anexada a la fachada oriental del Alcázar

Imagen infográfica del Alcazar, antes de la remodelación de Gomez de Mora

FELIPE III

No acabaron aquí las obras del Alcázar, pues prosiguió su renovación durante los siguientes reinados. La fachada sur fue reformada con Felipe III y Felipe IV

El proyecto inicial, que pretendía uniformizar las trazas del edificio con las de la Torre Dorada, fue realizado en 1609 por Francisco de Mora.



Maqueta del Alcazar en el S.XVII

FELIPE IV
Así y todo, el resultado de las sucesivas remodelaciones había convertido el palacio en una extraña mezcla de estilos. Hubo que esperar hasta otra reforma en el reinado de Felipe IV para obtener una traza realmente armoniosa, a pesar de que este Monarca no sentía mucha simpatía por el palacio.
De hecho, rehusó habitar en el Alcázar y mandó construir un segundo palacio, el del Buen Retiro, igualmente desaparecido.

Plano del proyecto de Juan Gomez de Mora


Pero fue el sobrino de éste último, Juan Gómez de Mora, quien se hizo cargo de su construcción introduciendo algunas modificaciones respecto al proyecto original -portada y tres torres más-, aunque sólo se realizó en parte.

Su aspecto exterior final pues,  corresponde a las obras realizadas en 1636 por el arquitecto Juan Gómez de Mora, impulsadas por el rey Felipe IV.

Vista de uno de los patios interiores

CARLOS II  Durante su reinado  continuaron las obras

(En la imagen aparece Carlos II ante una consola sujeta por dos leones de bronce dorado y un espejo con cabezas de águilas, de los que luego os hablaré.)

La remodelación, se remató con un capitel la llamada Torre de la Reina (simétrica a la Dorada), y se cerró la plaza sur mediante algunas dependencias y galerías.

La familia de Felipe V por Van Loo

Esquema de los distintos miembros Borbones, donde aparecen tres reyes: Felipe V, su hijo Fernando VI y el hermano de este, Carlos III, (que reinó, al no tener su hermano descendencia)

FELIPE V

Vista del Alcazar desde la  Cuesta de la Vega por Bambrilla


 Esta plaza será testigo de la proclamación de Felipe V el 24 de noviembre de 1700.

El estilo austero del edificio, que fue su primera residencia en España, chocaba directamente con el gusto francés que había impregnado la vida del primer Rey Borbón de España.

(Nieto de Luis XIV, promotor del imponente Palacio de Versalles, que chocaba intensamente con el viejo Alcazar madrileño)


Palacio de Versalles

Felipe V desde su nacimiento en Versalles en 1683 hasta su llegada a España en 1700. El palacio nunca fue de su agrado, pese a las reformas acometidas para dotarle de un estilo francés.
Con Felipe V comienza la última etapa en la historia del Alcázar de Madrid. Ésta, se caracterizará por las exhaustivas obras de reforma interior que llevó acabo la nueva dinastía para adecuar el viejo palacio al gusto francés, y que tendrán como protagonistas indiscutibles a la reina María Luisa de Saboya

Y sobre todo a su camarera mayor, Ana María de la Tremoille, princesa de los Ursinos.
La princesa, hasta la muerte de la reina en 1714, fue quien al margen de toda burocracia ordenaba las obras en palacio, que eran ejecutadas por el arquitecto Teodoro Ardemans, y en una fase posterior por el francés René Carlier.



Proyecto de Ardemans


El Alcazar en 1734, en ese año ocurrió un terrible incidente que dió lugar al cambio drástico del antiguo Alcazar.


EL INCENDIO


El Alcázar era en 1734 de planta rectangular formada por dos cuadrados con sendos patios, llamados de la Reina y del Rey. Se hallaban ambos conectados por la capilla real, la pieza más ornamentada, hasta el abigarramiento con relicarios y exvotos, de cuantas componían aquella gran mansión que, desde 1534, por orden de Carlos el Emperador, había sido profundamente transformada en sus fachadas y estancias.
El palacio adquirió su mayor esplendor bajo el reinado de Felipe III, entre 1599 y 1625 al que los madrileños, para disuadirle de que mantuviera la Corte en Valladolid, traslado que hizo entre 1601 y 1606, regalaron enormes sumas para aquí retenerlo.
Aquellos dineros sirvieron para que Felipe III invirtiera en sus instalaciones.

Pero Felipe V de Borbón, veía en el Alcázar la expresión de un pasado macilento e insuperable, del que quería desprenderse. El incendio vino a satisfacer aquel desdén regio.

Y fué, en la Nochebuena de 1734, y hallándose la corte en el Pardo, cuando se desató un incendio que se prolongó durante cuatro días redujo a cenizas los siglos de historia del Alcázar.

Un castillo medieval de torres tubulares, techadas todas con empinados chapiteles de pizarra y rematadas por afiladas saetas, corona el más alto horizonte de Madrid hacia poniente. Así podría ser descrito, aún hoy, el perfil oriental de la ciudad de no haberse desatado, en una noche invernal, un estremecedor incendio que redujo a escombros aquella real fortaleza, hace casi tres siglos. Había permanecido erguida seis centurias como poderosa atalaya, con sucesivas ampliaciones y mejoras hasta aquella infausta Nochebuena del año de 1734.

Fragmento de La Gaceta de Madrid, donde se reseña el incendio (No existen mas documentos de ningún tipo, que de noticia a este importante incidente; es como si se hubiera querido borrar del mapa y la memoria, el antiguo aposento de los Austrias)

Paso, pues, a describir lo que ocurrió:
A las doce y cuarto de la noche, poco después del cambio de guardia, los soldados apreciaron llamaradas en el lienzo de la Priora, que cae a Poniente. Si bien dieron rápidamente alerta para evacuar el edificio, y los monjes del convento cercano de San Gil (donde hoy se sitúa el Café de Oriente), repicaron las campanas, el aviso fue ignorado durante un buen rato. Al oír las campanadas, método de aviso para la población en caso de incendio, la gente creyó que era la llamada para la Misa del Gallo.
El fuego se había originado en un aposento del pintor de Corte Jan Ranc, donde, al parecer, mozos de palacio se habían embriagado al calor de la festividad navideña, desatendiendo una chimenea llena de leños ardientes.
Las llamas del tiro saltaron a los cortinajes y bien pronto, tanto las ventanas, como las carpinterías, los muebles, las camas con dosel y los numerosos bargueños y arcas que jalonaban los pasillos del palacio, fueron devorados por llamas.
Al poco, comenzaron a morder también de muerte armazones y artesonados de madera, que componían la estructura del real alcázar.
De su interior surgieron velozmente criados y palafreneros, que intentaron poner a salvo algunos de los tesoros que el alcázar albergaba. Ante el furor del fuego, cargaron cinco carros con siete caballos y mulas cada uno, «con oro, plata, joyas y monedas del ajuar de los infantes y salieron arreando», según cuentan las crónicas.

Recreación del «Salón Nuevo» con su colección de cuadros

Adentro, acosados por el humo, se hallaban más de 2.000 lienzos que formaban la mejor colección de pinturas del mundo, coleccionada desde tiempos de Isabel I de Castilla y legada a sus herederos.
Tiziano, Tintoretto, Ribera, Durero, Leonardo, Brueghel... habían incrementado el patrimonio regio a partir del reinado de Felipe II y su hijo.

Foto antigua de la Armería de Palacio

Las aproximadamente mil pinturas, esculturas y mobiliario que consiguieron rescatarse se almacenaron en varios puntos cercanos al Alcázar: la Armería, las Bóvedas de Palacio (lugar que no quedó afectado por el incendio), el Convento de San Gil, las Casas Arzobispales, la Casa del Marqués de Bedmar y la Casa del pintor Jean Ranc. 

De todas estas obras se hizo inventario casi inmediatamente, por lo que podemos saber con precisión que en total se salvaron 1192 pinturas y 44 lotes de esculturas y mobiliario en los cuales se detallaron las obras por conjuntos.

Du Verger  Sección del Alcázar en la que se muestran de izquierda a derecha  El Salón de los Espejos  la Pieza Ochavada y la Galería del Mediodía. París  Cabinet des Estampes.

Así por ejemplo las diez esculturas de la Pieza Ochavada, es decir los siete Planetas de Jonghelinck y los tres bronces encargados por Velázquez en Italia, se describen en una única entrada.

El Inventario del Alcázar de Madrid de 1666 se redactó tras el fallecimiento de Felipe IV el 17 de septiembre de 1665. El documento refleja el afán coleccionista del monarca, quien en sus cuarenta y cuatro años de reinado multiplicó exponencialmente el número de obras artísticas en sus palacios.

Entre las esculturas salvadas se encontraron todas las que formaban parte de la Pieza Ochavada, los leones que hacían de sustento a los bufetes del Salón de los Espejos e incluso los espejos con las cabezas de águila, elementos que podemos apreciar en su contexto gracias a los retratos de Carlos II realizados por Carreño en ese espacio.

León de bronce dorado, antes mencionado que se pudo salvar del incendio.

De la etapa de Felipe IV, el más refinado de los monarcas, procedían numerosas obras de Diego Velázquez y Pedro Pablo Rubens, algunos de cuyos magníficos lienzos, fueron devorados por las llamas.

VELAZQUEZ


Velazquez en la sala del Alcazar, donde pintó las Meninas.




Entre las obras perdidas, una de las más valiosas, no ya por su factura sino por su valor histórico, sería» La expulsión de los moriscos» de Diego de Silva Velázquez, que le valió en el concurso de 1627 el ganar el cargo de ujier de cámara, paso decisivo en su carrera, ya que le permitió realizar su primer viaje a Italia. (Quedó el boceto que se ve en la imagen.)

De Velázquez eran también un retrato ecuestre del rey, y tres de los cuatro cuadros de la serie mitológica (Apolo, Adonis y Venus, y Psique y Cupido), de la que sólo se recuperó el Mercurio y Argos.

LAS MENINAS



Entre los cuadros salvados se encontraban «Las Meninas» de Velázquez, arrojado por una de las ventanas

El famoso cuadro Las meninas, que colgaba en un despacho de la planta baja, se pudo rescatar pero sufrió una perforación en una mejilla de su protagonista, la infanta Margarita. Este daño fue reparado hábilmente en esa época, y no requirió mayor retoque cuando el cuadro se restauró en 1984.

Hoy se puede apreciar el cuadro de nuevo en todo su esplendor gracias a los recientes trabajos de limpieza. No en vano, una parte de las colecciones pictóricas había sido trasladada previamente al Palacio del Buen Retiro, para preservarla de las mencionadas obras de reforma que Felipe V había iniciado.

La gran pintura derecha esbozada en la pared del fondo de Las Meninas trata de la copia de un óleo que se conserva en el Museo del Prado firmado por Jacob Jordaens, el cual había sido copiado, previamente, por Juan Bautista Martínez del Mazo, discípulo de Diego Velázquez.

RUBENS


Otro de los grandes pintores del que se perdieron numerosas obras fue Rubens, Entre cuyas bajas podemos citar un precioso «Retrato ecuestre de Felipe IV»
Durante la estancia de Rubens en Madrid entre los meses de agosto de 1628 y abril del año siguiente sólo tenemos un encargo documentado; se trata del retrato ecuestre de Felipe IV, original que ha desaparecido pero que conocemos gracias a una buena copia, que se guarde en la Galería de los Ufficci de Florencia

Reconstrucción de los testeros Oeste y Este del Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid, tras la remodelación de los años 50 del siglo XVII.

El lienzo estaba destinado a decorar uno de los salones más importantes del Alcázar, era especialmente querido por el retratado, y que ocupaba un lugar de privilegio en el Salón de los Espejos



Estaba enfrentado al famoso retrato de Tiziano «Carlos V en Muhlberg» en el que aparecía el Emperador en la Batalla de Mühlberg.

También se dió por perdido de aquel autor,» El rapto de las Sabinas», o las veinte obras que ornaban la Pieza Ochavada.
Posteriormente  el Museo del Prado, ha localizado en las colecciones del Palacio Real «El rapto de las sabinas», un lienzo de unos cuatro metros iniciado por Rubens y acabado, tras la muerte de éste, por Gaspar de Crayer. La pintura, catalogada como anónima del siglo XVIII, fue un encargo de Felipe IV de Austria para el Salón de los Espejos del alcázar


Pedro Pablo Rubens: La Caza del Oso.

Reconstrucción del aspecto completo de la obra de la que se perdió una parte en el Incendio del Alcázar de Madrid.


TIZIANO

Relieve con el perfil de un emperador romano. (Museo del Prado)

Deriva de una serie de Doce Cesares pintados por Tiziano, cuya influencia se extendió, a partir del Quattrocento, por toda Italia septentrional y central, con modelos basados en medallas antiguas.

Del mencionado Tiziano se perdió la «serie de Los Doce Césares», presente en el Salón Grande, y dos de las «cuatro Furias» que había en el Salón de los Espejos.

Tambien el antes mencionado Carlos V en Mühlberg o el Felipe II ofreciendo al cielo al infante don Fernando, ambos de Tiziano, que estaban en el Salón de los Espejos, se vieron afectados.

El retrato ecuestre de «Carlos V en Mühlberg» del pintor veneciano Tiziano, que quedó oscurecido por el humo en la zona inferior, donde los colores de la tierra y la hierba fueron reducidos a un ocre oscuro.

OTROS PINTORES

Además de los citados, se perdió una invaluable colección de autores como Tintoretto, Veronés, Ribera, El Bosco, Brueghel, Sánchez Coello, Van Dyck, El Greco, Aníbal Carracci, Leonardo da Vinci, Guido Boloñés, Rafael de Urbino, Bassano el Viejo y el Joven, o Correggio entre otros muchos.

José de Ribera:
Reconstrucción del lienzo “La visita de Baco al poeta Icario”. Colección Particular. Sobre ella los tres trozos de lienzo conservados del lienzo del Alcázar de Madrid: Cabeza de Sibila (Museo Nacional del Prado, MNP, nº inv. 1122), al Baco (MNP, nº inv. 1123) y la Cabeza de Sátiro (Bogotá, Colección Laserna).

Otras pinturas destruidas habían sido adquiridas durante el reinado de Carlos II quien, pese a sus limitaciones biológicas, apostó muy fuertemente por incrementar las colecciones reales con lienzos de Lucas Jordán, Claudio Coello y Carreño de Miranda. Hasta 500 lienzos desaparecieron para siempre, pero 1.038 obras de arte fueron salvadas del incendio

Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro

Una parte importante de la pinacoteca del Alcázar había sido trasladada provisionalmente al Palacio del Buen Retiro para facilitar la ejecución de unas obras, con lo que quedó a salvo del incendio.

Convento de San Gil, enfrente del Alcazar, del plano de Texeira

No se dejó al pueblo de Madrid participar en la extinción del incendio, «por temor al saco», y casi únicamente lo hicieron frailes del cercano convento de San Gil. Miles de ornamentos religiosos, ropajes, reliquias, incluso una flor de lis que la leyenda hacía descender del cielo, se consumieron bajo las llamas.

A lo largo de cuatro días, el incendio fue consumiendo el palacio hasta solo dejar un par de fachadas y la torre del Príncipe, la de Carlos I, en pie.

Y aunque las joyas más emblemáticas de la Corona, como la Perla Peregrina y el diamante El Estanque, pudieron ser rescatadas, muchos objetos de plata y oro quedaron fundidos por el calor y los restos de metal tuvieron que recogerse en cubos

Lo poco que agradaba el edificio a Felipe V, la extraña ausencia de la familia real ese día –que normalmente celebraba los maitines de Nochebuena en la Capilla Real–, el traslado previo de algunas de las obras de arte y la rapidez con la que surgió la propuesta de crear un nuevo palacio en esos mismos terrenos son los ingredientes que alimentaron la sospecha de que el Monarca sopló no para apagar las llamas, sino para avivarlas.

Felipe V tuvo la oportunidad de construir un nuevo palacio que fuera un emblema del poder de la dinastía de los Borbones y que mostrara el lujo y esplendor a los que tan acostumbrado estaba. y a la vez  borrar el recuerdo de la dinastía precedente: los Austrias.

Proyecto de Juvara para el nuevo palacio

El rey, añoraba su Versalles natal. El intento de crear perspectivas a base de alineación de estancias en el interior del Alcázar madrileño y dotarlo de una decoración de corte más rococó no hacía sino marcar todavía más las diferencias con el anhelado modelo versallesco. Es por ello que Felipe V apenas ocupó el viejo Alcázar de los Habsburgo. No quiso o no supo ver la grandeza de sus estancias y la soberbia colección de pinturas que lo ornaban.

Palacio y jardines del Buen Retiro

Prefirió el Buen Retiro, porque en su concepción más profunda le recordaba a su querido palacio francés, aunque no se parecían en nada, salvo en su concepción plana y ajardinada y sobre todo, que estaban a las afueras de la ciudad.

Diseñó un palacio que duplicaba en planta al de Versalles, con más de 500 metros de fachada (la fachada actual, para que os hagáis una idea mide 130 metros), pero ideado para los altos de San Bernardino, este lugar más o menos coincide con la actual calle Isaac Peral, en el barrio de Arguelles.

Arriba varios dibujos del proyecto de Juvara

Se trataría de un edificio barroco con cuatro grandes patios, siguiendo así la forma habitual en Italia. Y es que se pretendía que el edificio tuviera trazas tanto italianas como francesas.
Un lado entero del patio mayor estaría dominado por las escaleras principales, y entre los dos patios más importantes se situaría la biblioteca y la capilla.

El arquitecto italiano Filippo Juvara ideó un monumental proyecto inspirado en el Palacio del Louvre de París. Su construcción comenzó en 1738, según trazas del arquitecto, quien proponía un palacio mayor pero en una ubicación diferente.

Otro de las características del nuevo monumento serían sus materiales de construcción: se trataría de evitar la madera para que el flamante palacio no fuera devorado de nuevo por las llamas, y se construiría enteramente en piedra y ladrillo.

Pero al morir Juvara, se encomendó el proyecto a su discípulo Juan Bautista Sachetti, a quien se exigió adaptar los planos de Juvara al solar del antiguo Alcázar.

Sachetti: Plano de cimentación del palacio con la rampa hasta el campo del Moro

Sachetti se ve obligado a modificar por completo el diseño de su maestro ya que el rey estableció que la ubicación definitiva del Palacio fuese en el solar del antiguo Alcazar

El nuevo proyecto contempla la construcción de jardines hasta la basílica de San Francisco el Grande, una catedral y un viaducto para salvar la vaguada de la calle Segovia.

Francesco Sabatini entre 1775 y 1779, por Francisco de Goya (Museo Meadows, Dallas).

En 1760 la construcción recae en Francisco Sabatini quien modifica y fija definitivamente el proyecto heredado de Sachetti,

Proyecto de Sabatini

La principal aportación de Sabatini al diseño es, precisamente lo que no se llego a construir, la ampliación del Palacion mediante 4 nuevos patios que parten de la fachada posterior.

El Palacio resultante, que construyo Sabatini, es el más grande de Europa Occidental aunque lo construido difiera bastante de lo originalmente diseñado, si Sabatini hubiese podido construir todo su proyecto estaríamos hablando del mayor palacio del mundo.




Maqueta del modelo de Madrid, donde se puede ver el aspecto del Palacio en 1830

Otra vista de la maqueta

Las obras concluyeron en el reinado de Fernando VI.  vista del Palacio en la actualidad

Artehistoria

http://www.madridhistorico.com/seccion5_historia/index_evolucion_medieval.php?idmapa=2

http://www.t.museoimaginado.com/NUEVO%20ALCAZAR/NA6.htm

https://enviarte.wordpress.com/tag/velazquez/

http://diegovelazquez.webcindario.com/Phi00.htm

http://diegovelazquez.webcindario.com/acotacion.htm

http://laestanteriadearriba.blogspot.com.es/2009/06/arquitectura-que-nunca-fue-palacio-real.html

https://investigart.wordpress.com/2016/04/25/el-incendio-del-alcazar-de-madrid-en-la-nochebuena-de-1734/
https://investigart.wordpress.com/2014/12/11/el-efecto-farnesio-el-buen-gusto-y-sus-consecuencias-en-el-palacio-real-nuevo-de-madrid/

Los pintores madrileños

Vamos a repasar hoy, a los pintores que nacieron y vivieron largo tiempo en Madrid, durante los siglos XVIII y XIX, y algunos hasta principios del XX

Algunos de ellos, fueron contemporáneos o copistas de Goya, casi todos estudiaron en la Academia de Bellas Artes de San Fernando,  mientras que otros  marcaron su propio  y acusado estilo.

De ellos, algunos no son demasiado conocidos o valorados, mientras que otros recibieron muchos premios y fueron apreciados en su época.

También varios murieron muy jóvenes, pero en cualquier caso, no dejan de formar parte del patrimonio artístico de Madrid.

«Lluvia»  de 1885,  de Eugenio Lucas Villaamil 

(Hay otros muchos que trabajaron en la ciudad, pero no nacieron en ella, por eso no los incluyo).

Antonio Gonzalez Velazquez, Nació en Madrid en 1723.

Colaboró con sus hermanos, Luís y Alejandro en la realización de las pinturas murales de la bóveda y cúpula de la iglesia del Convento de las Salesas Reales (Madrid)

«Abraham y los tres ángeles» 

En 1747 comenzó su formación como pintor en Roma gracias a una beca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando bajo el magisterio de Corrado Giaquinto. Al año siguiente realizó los frescos de la iglesia de Santa Trinita degli Spagnoli de Roma con la representación de «Abraham y los tres ángeles» y «Abraham y Sara»

En 1752 regresó a España y un año después colaboró en la pintura de los muros de la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid 

Y de la cúpula sobre la capilla de la Basílica del Pilar de Zaragoza. Su prestigio aumentó hasta el punto de ser nombrado pintor de corte en 1757

Bocetos para cartones de Francisco Bayeu

Trabajó el resto de su vida junto con Francisco Bayeu y otros pintores en la elaboración de cartones para la Real Fábrica de Tapices bajo la dirección de Antón Raphael Mengs.

Zacarias Gonzalez Velazquez  (Madrid, 1763 -1834)

Hijo del pintor Antonio González Velázquez y nieto del escultor Pablo González Velázquez, comenzó su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, dirigida por su padre y que él mismo llegó a dirigir. Fue alumno de Mariano Salvador Maella

Decoró varias estancias del Palacio del Pardo y del Palacio Real de Madrid, la mayoría con escenas mitológicas.

Embarque de una familia en una tartana

Destacó como pintor en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, donde elaboró tapices de temas marinos según proyectos de Maella.

Retrato del arquitecto español Ventura Rodríguez (1717-1785). por Zacarias Gonzalez Velazquez

Esta obra es una copia idéntica del retrato que ejecutó Francisco de Goya del mismo individuo y que se conserva actualmente en el Museo Nacional de Estocolmo

Leonardo Alenza y Nieto (Madrid, 6 de noviembre de 1807–ibídem, 30 de junio de 1845)

Fue un pintor romántico español. A principios de 1842 solicita el título de Académico de Mérito en la Academia de San Fernando a la vez que la tuberculosis había hecho mella en su organismo y provocó su muerte en la madrugada del 30 de junio de 1845 en su casa del número 5 de la Plaza de San Ildefonso

«Tertulianos ilustrados en el café de Levante» (1839; Madrid, Museo Lázaro Galdeano)

«Los románticos o el Suicida» (1837; Madrid, Museo del Romanticismo)

«El sacamuelas» 1844

Autorretrato de Rosario Weiss Zorrilla (Madrid, 2 de octubre de 1814 – ibíd., 31 de julio de 1843)

Fue una pintora española del siglo XIX,​ ahijada y discípula de Francisco de Goya con quien compartió los últimos años de su vida el singular pintor aragonés.​ De sus dotes artísticas dan una idea por ejemplo los setenta y siete dibujos, conservados en la Hispanic Society y en un principio atribuidos a Goya

Retrato de caballero

La lechera de Burdeos, atribuido a Goya hacia 1827, durante su exilio en Burdeos, Francia, un año antes de su muerte. Algunos especialistas y biógrafos han propuesto la posibilidad de que la retratada fuese su ahijada Rosario, con quien compartió los últimos años de su vida el singular pintor aragonés

Eugenio Lucas Velázquez  (Madrid, 9 de febrero de 1817 – Madrid, 11 de septiembre de 1870)

Fue un pintor perteneciente al romanticismo español que aunque  ebanista de profesión,trabajó como tasador de las Pinturas Negras de Goya.

Sus inicios con la pintura comienzan con temprana edad, creciendo como artista en la Real Academia de San Fernando y posteriormente se daría lugar en el Museo del Prado

En sus inicios en la pintura comienza con el abandono del frío clasicismo dirigiendo su pintura a un ámbito de admiración de Velázquez y Goya, copiando sus obras en el Museo del Prado.

Sus primeras obras fechadas datan en 1842, como Los Bandoleros y Pareja de majos, viendo en estas obras a un Lucas Velázquez principiante

«El rosario de la Aurora»

Mas tarde, Lucas Velázquez cultiva el costumbrismo y escenas fantásticas y siniestras

Su inspirador, será Francisco de Goya, haciendo el descubrimiento del arte goyesco una apertura de posibilidades en su propio estilo.

«El ajusticiado» Eugenio Lucas Villaamil , (Madrid, 1858-1919)  (No existe ningun retrato conocido)

Fue un pintor español, Caballero de la Orden de Carlos III. Algunas obras que se han atribuido a Goya en realidad pertenecen a Lucas Villaamil.

Hijo del pintor Eugenio Lucas Velázquez y Francisca Villaamil, empezó su formación artística en el taller de su padre y continuó sus estudios en la Escuela Especial de Pintura de Madrid

«El fusilamiento»

Era un hábil copista de algunas de las pinturas de Goya, las que se guardan en Prado

También copió diversos temas del aragonés, como se puede ver en sus obras:

Entrada a los toros, 1885

Salida de los toros    obras ambientadas en ese Madrid castizo

Salida del Teatro

Sus pinturas mantienen la influencia de las características de las de su padre, con la repetición de los temas goyescos, resueltas con gran habilidad compositiva y alegría de color.

Retrato de Eduardo Rosales por Federico Madrazo

Eduardo Rosales Gallinas (Madrid, 4 de noviembre de 1836 – Madrid, 13 de septiembre de 1873)

Fue un pintor purista del siglo XIX español. Ingresó en 1851 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde fue alumno de Federico Madrazo, (pintor de cámara de Isabel II, que trabajó en Madrid, pero nació en Roma, por lo que no lo incluyo en esta serie).

Murió de tuberculosis en 1873 y está enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, en la Sacramental de San Justo (Madrid).

«El testamento de Isabel la Católica»

Pintó acuarelas, dibujos y numerosos retratos. Su obra más conocida es la de temática histórica. Sus primera obras son más bien puristas, aunque posteriormente desarrolló una pintura más personal

La muerte de Lucrecia, Museo del Prado, es su segundo gran cuadro histórico, cuya realización le llevó tres años. Presentada a la Exposición de 1871, obtuvo primera medalla.

En esta obra «Mujer dormida», su estilo se fué suavizando,perdiendo la rigidez académica.

En 1922, fue inaugurada, en homenaje a este pintor, una gran estatua, esculpida por Mateo Inurria, en el paseo de Eduardo Rosales, en Madrid. 

Aureliano de Beruete (Madrid, 1845 – ibid. 1912), por Sorolla

Fue un intelectual, pintor paisajista y político español. Doctor en Derecho por la Universidad de Madrid en 1867, llegó a ser diputado en las legislaturas de 1871 y 1872.

Como artista, se formó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid donde fue alumno de Carlos de Haes.

Amigo de pintores bien reputados de la época como su paisano Martín Rico, el aristócrata catalán Ramón Casas o el valenciano Joaquín Sorolla, que pintó uno de sus mejores retratos

Los críticos estiman que a partir de 1891 la pintura de Beruete entra en su segunda etapa artística, influido por la temática y las técnicas velazqueñas,​ y abandonando de forma definitiva el academicismo en la composición del paisaje de su maestro Haes

Pinto varias obras con temática de paisaje madrileño:

Vista del Guadarrama desde El Plantío 1901

Pradera de san Isidro (La casa del sordo) 1909

otras obras son:

Paisaje de Torrelodones 1891

Afueras de Madrid (desde Bellas Vistas) 1906

Orillas del Manzanares (1907 Madrid) 1907

El Manzanares 1908

Madrid desde el Manzanares 1908

La tapia del Pardo 1911

Ulpiano Checa (Colmenar de Oreja, Madrid, 3 de abril de 1860 – Dax, Francia, 5 de enero de 1916)

Estudió en la Escuela de Bellas Artes y Oficios, y en 1875, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que estuvo hasta 1880; durante su estancia en la Academia obtuvo tres medallas (perspectiva, dibujo de lo antiguo y ropajes y teoría e historia de las bellas artes) y dos becas para pintura de historia.

En su pueblo natal, Colmenar de Oreja,  tiene un museo

Trabajó como ayudante de Manuel Domínguez en la decoración del Palacio de Linares y en la Basílica de San Francisco el Grande

En 1890 obtuvo su primer triunfo en los Salones de París. En los Campos Elíseos presentó su célebre Carrera de carros romanos

«La entrada de los Hunos en Roma»

En su pueblo, Colmenar y aprovechando una estancia pintó dos murales en el presbiterio de la parroquia de Santa María la Mayor. En el muro de la izquierda representó «La anunciación» y en el de la derecha «La presentación de la Virgen»

El año 1900 fue muy importante para el pintor. Publicó su «Tratado de perspectiva», ganó una medalla de oro en la Exposición Universal de París, con «Los últimos días de Pompeya»

«Naumaquia»

«Fantasia»

Murió el 5 de enero de 1916. Por expreso deseo del pintor, sus restos mortales fueron trasladados a Colmenar de Oreja, donde fue sepultado el día 20 del mismo mes.

José Gutiérrez-Solana (Madrid, 28 de febrero de 1886 – ibídem, 24 de junio de 1945)

Fue un pintor, grabador y escritor expresionista español.Nacido en Madrid durante el Carnaval de 1886

«Las chicas de la Claudia»

Fuera de la influencia que en él ejercen los pintores del tenebrismo barroco, en especial Juan de Valdés Leal, tanto por su temática lúgubre y desengañada como por las composiciones de acusado claroscuro, es patente la influencia de las Pinturas negras de Francisco de Goya o del romántico Eugenio Lucas.

«La visita del Obispo»

Su pintura es feísta y destaca la miseria de una España sórdida y grotesca, mediante el uso de una pincelada densa y de trazo grueso en la conformación de sus figuras. Su paleta tenebrista resalta el oscurantismo de la España del momento

Su pintura refleja, como la de Darío de Regoyos y la de Ignacio Zuloaga, una visión subjetiva, pesimista y degradada de la España de la Generación del 98.

En Madrid , además de frecuentar bailes y merenderos, el Museo del Prado y el entonces solitario y destartalado Museo Arqueológico Nacional se hace asiduo de las tertulias del Nuevo Café Levante, donde alterna con personajes como Ramón María del Valle Inclán, Pio Baroja, Julio Romero de Torres e Ignacio Zuloaga

Es conocida la siguiente anécdota acontecida en el café Levante:

Una tarde noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja. Porque cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:

– “La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. A saber:

1) los que no saben

2) los que no quieren saber

3) los que odian el saber

4) los que sufren por no saber

5) los que aparentan que saben

6) los que triunfan sin saber

7) los que viven gracias a que los demás no saben.

Unamuno y Benito Pérez Galdós aplaudieron a Baroja. Sobre todo por el último punto. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”

Otra famosa tertulia fué la que en el «Café de Pombo», presidía Ramón Gómez de la Serna, donde conocería a otros pintores, escritores e intelectuales de la época

FUENTES:

Artehistoria

https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Pintores_de_Madrid

https://cultureate.wordpress.com/2013/01/09/erase-una-vez-un-museo-municipal-museo-ulpiano-checa/

https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/beruete-y-moret-aureliano-de/d5e4f200-5672-4d29-9d2a-dd89fa16fe79

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/alenza-y-nieto-leonardo/7d9aaa5f-d337-4f44-87df-d4a97bd42251

https://www.museodelprado.es/coleccion/artista/rosales-gallinas-eduardo/29dffe55-c31e-4737-aca1-f538ebaea0fe

https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/lucas-velazquez-eugenio/111d6d90-2084-4455-a6fa-c4b20cffb456

«El Capricho» de la Duquesa de Osuna, Goya y los ilustrados

LA DUQUESA

La Condesa de Benavente y Duquesa de Osuna, Francisco de Goya

Se lo hizo a la Duquesa, en 1785,  según la moda francesa que inició María Antonieta en París,  que hoy en día se conserva en la colección March

La duquesa, se llamaba María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel y había nacido en Madrid en noviembre de 1752. era una de las mujeres más inteligentes de la época, mecenas de artistas, toreros e intelectuales.

La Duquesa de Osuna, desde muy joven, recibió una esmerada educación, mostrándose muy interesada por las bellas artes y por las corrientes filosóficas que impregnaban Europa. Era una mujer inteligente, bella y elegante, de carácter rebelde, caprichoso y orgulloso. Además, era aficionada al lujo y al boato, algo lógico si tenemos en cuenta que sus padres poseían una de las mayores fortunas de España.

El Duque de Osuna por Francisco de Goya  1798 que se conserva en la Frick Collection de Nueva York.

Su marido, Pedro Alcántara, IX Duque de Osuna, era un enamorado de la literatura y de la música, fue miembro de la Real Academia de la Lengua Española y poseedor de una orquesta particular

Fundación de la Real Academia de Ciencias de París – 1666

Amante del arte, de la literatura, de la poesía, de la música, y, de los avances y novedades en París de los cuales siempre se mantenía perfectamente informada por sus ayudantes en el extranjero. En breves palabras, “Una mujer inteligente, culta y con una enorme sensibilidad”

Ejemplo de una tertulia ilustrada del S.XVIII

Fue una mujer audaz y capaz de mantener uno de los salones más frecuentados de la corte en los que tomaban parte personajes de gran renombre y categoría tales como Moratín, Jovellanos, Don Ramón de la Cruz, Goya, Boccherini, etc.
Era la época de la Ilustración española, un fenómeno minoritario, aún más en un país aislado y con una cultura muy tradicional, al que le venía grande el racionalismo que ya triunfaba en el resto de Europa.

La Duquesa, la «salonière o anfitriona» se convirtió en la personificación de los aristócratas ilustrados del S.XVIII, una de las mujeres más importantes e influyentes de la nobleza española.

La reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV por Francisco de Goya

Fue un personaje muy destacado en Madrid, en lo cual rivalizó con la reina María Luisa de Parma.

La Duquesa de Alba,  por Francisco de Goya

La única mujer que en aquel momento rivalizaba con la condesa de Benavente en cuanto a su porte, educación y amor por las bellas artes y la cultura era la duquesa  de Alba, que también protegió a Francisco de Goya. Ambas aristócratas mantenían una buena relación en lo personal, si bien rivalizaban en su círculo intelectual y político. Cayetana de Alba era más “española”, mientras el entorno de la de Benavente Osuna estaba marcado por el más puro afrancesamiento.

LOS CUADROS DE GOYA

Autorretrato de Goya 1814

La duquesa, fue mecenas, protectora y la dama que inspiró a músicos, literatos, artistas y pintores; el primero de ellos y más conocido fue Francisco de Goya, con el que siempre mantuvo una excelente y estrecha relación.

La familia de los Duques de Osuna  por Francisco de Goya

En 1788, Goya retrató a la Familia Ducal en uno de los cuadros de gran tamaño que hoy en día permanece  en el Museo de Prado. El lienzo recoge una escena familiar en la que don Pedro Téllez Girón, IX duque de Osuna, amigo y mecenas de Goya, aparece junto a su esposa Josefa Alonso Pimentel y sus cuatro hijos a los que el pintor retrata con gran dulzura y cariño, fruto de la estrecha relación que tuvo con la familia.

La relación entre Goya y los Duques de Osuna se inició en 1785 y fue muy fructífera, existiendo gran amistad entre ellos. Gracias a este contacto, el pintor iniciará una importante escalada en la corte madrileña, llegando a ser el retratista más solicitado de su tiempo.  El palacio de los Duques será para Goya como su segunda casa.

El sueño de la razón produce monstruos, grabado n.º 43 de los Caprichos (1797-1799)

Goya es un artista al corriente del pensamiento ilustrado de su tiempo. Si consigue ocupar un puesto relevante como pintor de cámara y retratista de la familia real y de la nobleza, no olvida este espíritu que le lleva a criticar las costumbres ignorantes y atrasadas de la sociedad española de finales del siglo XVIII.
Fruto de esta iniciativa  publicó en 1799, ochenta estampas con el título de Los Caprichos con  la pretensión de desterrar los vicios y supersticiones y mostrar la verdad en el comportamiento de sus congéneres.

Capricho nº 72 «No te escaparás»

La duquesa adquirió las primeras carpetas de los grabados “Los Caprichos”, y encargó a Francisco de Goya cuadros de gabinete como hoy en día se pueden en el Museo Lázaro Galdiano,  y en el Museo del Prado, además de algunas colecciones particulares

Foto antigua con los cuadros de Goya

Para la decoración de los salones de la Alameda de Osuna le compraron varios cuadros.
Principalmente estaban colocados en la biblioteca de palacio y en el Salón de la Condesa (como se denominaba) o gabinete de países.
Según se sabe, al morir la duquesa en el Palacio existían 23 cuadros de Francisco de Goya de asuntos campestres, de brujas, de escenas de estaciones y de escenas costumbristas. »

Goya pintó un conjunto variado de lienzos llamdos de «asuntos de campo»

“El columpio” Museo del Prado

“El asalto a la diligencia” Colección Alicia Koplowitz

“La caída” colección privada Madrid

 “La cucaña” colección privada, Madrid

Otros seis pintó con «asuntos de brujas»:
Donde el  tono sombrío,  se mantiene en toda la serie, que pudo ser concebida como una sátira ilustrada de las supersticiones populares, aunque estas obras no están exentas de ejercer una atracción típicamente prerromántica

 «El aquelarre»  Museo Lázaro Galdiano

«El conjuro», actualmente en el Museo Lázaro Galdiano

«El vuelo de brujas», Museo del Prado

«La cocina de los brujos» (paradero desconocido)

«El hechizado por la fuerza», National Gallery de Londres

Recrea un momento del drama homónimo de Antonio de Zamora,  en el que un pusilánime supersticioso intenta que no se le apague un candil convencido de que si ocurre morirá

«El convidado de piedra». (paradero desconocido desde 1896, tras una subasta de los Duques de Osuna)
Inspirado en un momento de una versión de Don Juan, de Antonio de Zamora

Otros cuadros fueron:

«La gallina ciega»  1788 Museo del Prado

«La ermita de San Isidro», pintada en 1788, y actualmente en el Prado.

Todos los cuadros que pintó Goya se hicieron  para el Palacio.

En los fondos de los lienzos se pueden apreciar edificios de La Alameda o lugares cercanos como la iglesia “La procesión de aldea” o lo que hoy se llama, la iglesia de Santa Catalina de Alejandría y también podría verse a lo lejos, un castillo, tal vez el de La Alameda de Osuna en ruinas.

En 1798 encargaron el retrato de su amigo, el general José de Urrutia y de las Casas, que está en el Prado

En 1799 compraron a Goya la célebre Pradera de San Isidro


​ En 1816 encargaron un retrato de su hijo primogénito, el X duque de Osuna, que se conserva en el Museo Bonnat de Bayona.


EL CAPRICHO

Muchos madrileños aún no saben que uno de los parques más románticos de la ciudad se encuentra en Alameda de Osuna, junto al barrio de Barajas. Hablamos del jardín El Capricho.
Este parque del siglo XVIII concebido como un laberinto para el juego amoroso y los escondites, ofrece tres tipos de jardines: el parterre o jardín francés, el paisajista inglés y el giardino italiano.

En 1783 los Duques de Osuna compraron una casa de recreo, con huertas y árboles frutales situada en la Villa de Alameda, lo que hoy, se denomina La Alameda de Osuna.
Su construcción se debe a los deseos de la duquesa de Osuna por tener una villa de recreo donde alejarse de la Corte y reposar de los deberes y compromisos propios de su posición.

1. Palacio 2. Templete 3. Estanque de los Cisnes 4. Rueda de Saturno (Obelisco) 5. Abejero 6. Estanque de las Tencas 7. Ruina o casa del Artillero 8. Batería o Fortín 9. Zona de juegos 10. Ría 11. Lago 12. Puente de Hierro 13. Isla y monumento al III Duque de Osuna 14. Casa de Cañas 15. Pabellón de Esteras 16. Quiosco Embarcadero 17. Montaña Rusa 18. Casino de Baile 19. Jardín de Flores 20. Casa de la Vieja 21. Plaza de Toros 22. Parterre 23. Columnas de los enfrentados (Duelistas) 24. Invernadero 25. Puente sobre el arroyo 26. Exedra y Plaza de los Emperadores 27. Estanques del Parterre 28. Fuente de los Delfines 29. Jardín de la Fuente de las Ranas 30. Gruta del Jardín de las Fuente de las Ranas 31. Gruta del Laberinto 32. Laberinto 33. Casa de Vacas 34. Estanque nuevo 35. Plaza de plátanos 36. Ermita 37. Estanque de los patos 38. Refugio (bunker) 39. Polvorín 40. Plaza de la fuente 41. Casa de oficios 42. Aseos públicos 43. Ventiladores del bunker.

La construcción de este jardín, uno de los ejemplares más sobresalientes y singulares de jardín paisajístico español, duró 52 años. Se desarrolló entre 1787 y 1839.y se encargó a un arquitecto Pablo Boutelou: el diseñó el famoso jardín, curiosamente el mismo que hizo el proyecto de los jardines del Palacio de Aranjuez. En ella estuvieron implicados diferentes jardineros de las casas reales española y francesa, como Jean Baptiste Mulot, quien venía de trabajar en Versalles.

«El Parterre»

Son tres tipos de jardines diferentes los que se pueden ver en  “El Capricho”. El parterre o jardín francés, con su característica uniformidad en los setos y árboles, situado delante de la fachada posterior del palacio.

El giardino italiano, con su combinación de setos y árboles creciendo de tal modo que protegen del sol en verano y aprovechan el calor en invierno, se sitúa al sur del palacio, en un espacio no visitable ubicado en la parte más antigua de los jardines y a un nivel de menor altura del terreno.

Por último, el jardín paisajista inglés, que es el que abarca una mayor extensión de terreno al estar presente en todo el resto del parque.

«Fuentes de los delfines»


«Fuentes de los delfines» detalle

La duquesa ordenó construir estanques, que conectaban el canal principal que recorre el parque con el salón de baile, que es donde se llevaban a cabo las fiestas que daba. Este edificio se levanta sobre un pequeño manantial, del que se surtía de agua el resto del parque.


«Casa de la Vieja»

Quería un lugar de encuentro para sus amigos, similar al que había puesto en marcha la reina francesa María Antonieta, junto al palacio de Versalles, unos jardines, llamados Petit Trianon.

«Casa de la Vieja»

Uno de los caprichos más llamativos es la Casa de la Vieja, una casa de labranza completamente equipada a la que incluso se añadieron muñecos de tamaño real que representaban a sus habitantes.El edificio, construido entre 1792 y 1795, imita una casa de labranza, seguramente similar a las que existirían en la finca antes de que sus propietarios de entonces, los duques de Osuna, transformaran lo que fue una explotación agrícola en este jardín con una pequeña aldea con casas tipo chozas donde sus damas se disfrazaban y jugaban a ser campesinas, coger huevos, ordeñar vacas, etc.en resumen «un Capricho»

Minuetto de Boccherini  quinteto para cuerda

Entre los susurros del parque todavía vaga la sombra de María Josefa Pimentel; su propio “capricho”, su propio delirio y su propio sueño incita a imaginar a Francisco de Goya retratando a la propia condesa-duquesa y según se pasea por el parque, se recuerda detrás de cada árbol a D. Ramón de la Cruz ensayando con Boccherini alguna de las óperas que se representaron en el teatro de aquel palacio.


«Templete de Baco»

Es un espacio rodeado por columnas jónicas que compone uno de los rincones más románticos del parque, y tambien el Laberinto, que durante los años 40 quedó destruido por un avión que realizó un aterrizaje forzoso.

«Templete de Baco» detalle del interior
 

«El abejero» 

Donde se cuenta que la duquesa de Osuna gustaba de tomar una taza de chocolate. Se trata de una construcción inédita que combinaba la suntuosidad otorgada por su ostentosa decoración interior, hoy ya desaparecida, con la originalidad proporcionada por su peculiaridad más destacable, consistente en poseer una serie de colmenas incorporadas a una de las fachadas.


«El abejero» las piqueras por donde salian las abejas

Pero lo más llamativo de este hecho era que, mientras las abejas entraban y salían de sus panales a través de unas trampillas metálicas situadas en el exterior, la actividad que tenía lugar dentro de los mismos podía ser cómodamente contemplada desde el interior del edificio a través de cristales que con tal finalidad cerraban las colmenas por el extremo opuesto. El ingenio se complementaba con el ajardinamiento que lo rodeaba, todo él a base de las plantas preferidas por las abejas para elaborar la apreciada miel que luego era debidamente recolectada.

«La ermita»

Sin embargo, una de estas construcciones, posiblemente de las más discretas que nos vamos a encontrar en todo nuestro recorrido, es una pequeña ermita que lleva atada consigo un capítulo cuanto menos cuestionable y que nos muestra como era la mentalidad de las personas hace más de doscientos años. Resulta que los Duques de Osuna debieron pensar que el complemento ideal para esta finca y en concreto para esta ermita era incluir un verdadero «ermitaño».

EL PALACIO

Uno de los principales puntos de interés del parque es el palacio construido en el siglo XVIII que tuvo que ser restaurado tras la ocupación francesa

La duquesa contrata a grandes genios de la escenografía como el milanés Tadey, arquitectos de gran renombre entre los que Medina, Machuca y Arnal cuentan con los primeros puestos para colaborar y trabajar con escultores, pintores, ebanistas…

El palacio -del que sólo se conservan las paredes- tiene tres plantas, rematadas por cuatro torreones. En el interior de la construcción,  se distribuían las dependencias del servicio pero también un majestuoso salón de baile, comedores, una biblioteca que llegó a contar con 6.000 volúmenes, y las alcobas y gabinetes de los miembros de la familia.

El Palacio, era una joya artística que poseía una magnífica biblioteca con libros importados de Francia ya que el duque tenía la licencia para leer los libros prohibidos en España.


Indice de Libros Prohibidos


El interior está completamente transformado, casi todos los elementos originales han desaparecido, pero los documentos han permitido conocer cómo pudo ser, información muy valiosa de cara a una posible recreación y restauración.

Un inventario de los muebles y alhajas existentes en la casa-palacio en 1795 revela cómo era el Cuarto principal o Pieza de comer, con sus mesas finas de nogal y cortinas de China, el Cuarto de señoritas con sus cortinas de tafetán encarnadas, blancas con cenefas achinadas en el Gabinete; la ante-alcoba de la señora, y su alcoba con cama imperial charolada color de porcelana. En el Gabinete de la señora entre otras cosas había una escribanía de plata…

En la planta noble se encontraban las estancias de la duquesa, las más lujosas. En una de las torres que da al jardín se encontraba su Gabinete redondo, una de las joyas del palacio.

Infografía del proyecto

Esta sala de distribución acogerá proyecciones de las pinturas de Goya que estuvieron expuestas en su día en el palacio.

El suelo del Comedor era de azulejos representando la batalla de Issos, que al parecer también se conserva.
El comedor de los mosaicos y su antesala, estará dedicada a la historia de la construcción del palacio, serán espacios expositivos restringidos para preservar el estado de las teselas

Durante la invasión francesa de comienzos en 1808, el recinto de recreo pasa a ser propiedad del general francés Agustín Belliard quien parece ser que utilizó las instalaciones para sus tropas.

Posteriormente, tras la retirada del ejército francés, el lugar regresó a manos de la Duquesa, quien llevó a cabo una reforma del mismo.

Colegiata de Osuna, Panteón ducal de los Osuna

María Josefa no lo vio terminar en 1839 porque había muerto cinco años antes, pero sí disfrutó de la biblioteca, de las tertulias, los conciertos, representaciones teatrales, multitud de fiestas e incluso corridas de toros

Muere la Duquesa en 1834 y la propiedad la hereda su nieto Pedro de Alcántara Téllez-Girón que amplió las diversas zonas del jardín a través de nuevas construcciones.



«Plaza de los Emperadores»

Zona de exedras en la plaza de los emperadores, dedicadas a su abuela. Su nieto Pedro encargó al escultor José Tomás el busto de la Duquesa colocado en el pequeño templete en el centro de la exedra, en el que, en su día se colocaron tres figuras,la  Duquesa, Hércules y Tesifonte; las tres en 2012 volvieron al Jardín El Capricho y se colocaron en su primitiva ubicación.

Plaza de los Emperadores, detalle de una de las esfinges.

También conocereis la enigmática historia del árbol del amor negro, justo antes de llegar al estanque, con el rincón de la Casa de Cañas, antiguo embarcadero de falúas junto a un curioso  puente de hierro



«El puente de hierro»


En el año 1900, El Capricho es adquirido por la familia Baüer y posteriormente, durante la Guerra Civil fue el cuartel general del ejército y cayó en manos del general José Miaja,  defensor del bando republicano de Madrid, quien mandó construir túneles para protección de su misión:un  búnker, incluido el despacho del propio Miaja.

El búnker fue construido en los primeros meses de 1937,  y  que sirvió de refugio antiaéreo al cuartel general del Ejército del Centro.
Adyacente al palacio del parque, sus galerías tienen una profundidad media de 15 metros. Hasta ahora sólo una placa pegada en su puerta, cerrada con candado, recuerda su existencia.  Al acabar la Guerra Civil, la propiedad fue devuelta a sus últimos propietarios, la familia Baüer; en 1945 deciden venderlo.

El Parque del Capricho fue cerrado y abandonado. En 1974 fuera comprado por el Ayuntamiento de Madrid, y en 1985 declarado Bien de Interés Cultural y en la actualidad, el Jardín El Capricho, sólo está abierto los sábados, domingos y festivos, con horarios de 9 a 21 horas, de abril a septiembre, y de 9 a 18,30 horas, de octubre a marzo.


LA ILUSTRACIÓN

Ahora vamos a introducirnos en el S.XVIII para imaginaros el ambiente, en el que se movian los Duques en su palacio con los llamados «Ilustrados»

Y es que el siglo XVIII, se caracterizo, por prevalecer una mentalidad que hizo de la ciencia y la razón verdades incuestionables, cuyo fin era el progreso de la humanidad. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el «Siglo de las Luces»



La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual europeo (especialmente en Francia, Inglaterra y Alemania) que comenzó en Inglaterra con John Locke y la Revolución Gloriosa


«La toma de la Bastilla» 1789

Y se desarrolló aún mas en Francia, desde mediados del siglo XVIII, teniendo como fenómeno histórico, simbólico y problemático la Revolución francesa


En la década de 1770 hubo varios escritores y pensadores, que añadieron materias políticas y económicas y como consecuencia  importante en este aspecto, surgió la  Guerra de la Independencia Estadounidense

Los pensadores de la Ilustración sostenían que el conocimiento humano podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía para construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos científicos, económicos, políticos y sociales de la época

Jean-Jacques Rousseau  Ginebra, Suiza, 1712 – Ermenonville, Francia, 1778

Filósofo suizo. Junto con Voltaire y Montesquieu, se le sitúa entre los grandes pensadores de la Ilustración en Francia. Sin embargo, aunque compartió con los ilustrados el propósito de superar el oscurantismo de los siglos precedentes, la obra de Jean-Jacques o Juan Jacobo Rousseau presenta puntos divergentes, como su concepto de progreso, y en general más avanzados: sus ideas políticas y sociales preludiaron la Revolución Francesa

François-Marie Arouet «Voltaire»  París, 1694 – 1778

Escritor francés. Figura intelectual dominante de su siglo y uno de los principales pensadores de la Ilustración, dejó una obra literaria heterogénea y desigual, de la que resaltan sus relatos y libros de polémica ideológica. Como filósofo, Voltaire fue un genial divulgador, y su credo laico y anticlerical orientó a los teóricos de la Revolución Francesa.

Immanuel Kant, Königsberg, hoy Kaliningrado, actual Rusia, 1724 – id., 1804

Filósofo alemán. Hijo de un modesto guarnicionero, fue educado en el «pietismo». En 1740 ingresó en la Universidad de Königsberg como estudiante de teología
De acuerdo con el filósofo  el lema de la época debía ser «atreverse a conocer», teniendo con las llamadas «luces» el significado general de saber, de educación y de formación integral del ser humano.

Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu Burdeos, 1689 – París, 1755

Pensador francés. Perteneciente a una familia de la nobleza de toga, Montesquieu siguió la tradición familiar al estudiar derecho y hacerse consejero del Parlamento de Burdeos (que presidió de 1716 a 1727).
En 1756 el Santo Oficio prohibió «El espíritu de las leyes» de Montesquieu, por «contener y aprobar toda clase de herejías»; en 1759 dificultó la difusión de la Enciclopedia; y en 1762 toda la obra de Voltaire y Rousseau fue prohibida

El «Siglo de las Luces» concluyó con la Revolución Francesa de 1789, aunque es incuestionable que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y XX.



LA ENCICLOPEDIA

Un fenómeno, surgido en la época, fué «el enciclopedismo»  movimiento filosófico y pedagógico, surgido en Francia y expresado a través de la «L’Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers»

Denis Diderot

Una enciclopedia francesa editada entre los años 1751 y 1772 en Francia bajo la dirección de Denis Diderot y Jean d’Alembert que  pretendía catalogar o compilar todo el conocimiento humano de la época a partir de los nuevos principios de la Razón.

Alegoría de la industria


La Verdad, el Tiempo y la Historia   por Goya


La Enciclopedia vino a ser la representación cabal del espíritu ilustrado, donde su elaboración fue suspendida y retrasada debido a la guerra encarnizada que les presentaron los medios oficiales y eclesiásticos


LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA

En España ,desde el poder político facilitaron la aparición de un nutrido y valioso grupo de ilustrados : Cabarrús, Cadalso, Campomanes, Capmany, Feijoo, Floridablanca, Jovellanos, etc.

Las Luces eran patrimonio de una elite, de intelectuales, mientras la mayor parte de la población seguía moviéndose en un horizonte caracterizado por el atraso económico, la desigualdad social, el analfabetismo y el imperio de la religión tradicional.

La Ilustración en España, tuvo un caracter especial y distinto al resto de Europa:
La mayoría de los ilustrados españoles «eran buenos cristianos y fervientes monárquicos» que no tenían nada de subversivos ni revolucionarios en el sentido actual del término.

Se mantuvieron dentro del catolicismo y  esto tuvo consecuencias negativas para la Ilustración en España porque los diversos discursos ilustrados elaborados en otros países aquí fueron con frecuencia amputados y tergiversados, a causa también de «la doble censura política y religiosa ejercida a través del Consejo de Castilla y por medio de la Inquisición

Eran, eso sí, decididos partidarios de cambios pacíficos y graduales que afectaran a todos los ámbitos de la vida nacional sin alterar en esencia el orden social y político vigentes

Tuvo varios representantes destacados, algunos de ellos pintados por Goya:

El Conde de Floridablanca, por Francisco de Goya, 1783.

Ejerció el cargo de secretario de Estado  entre 1777 y 1792
En 1767 actuó contundentemente contra los instigadores del motín de Esquilache en Cuenca y colaboró con Aranda y Campomanes en la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española ese mismo año

Francisco de Cabarrús por Goya

Sus cualidades para las finanzas y su visión ilustrada de la sociedad le granjearon la amistad de Gaspar Melchor de Jovellanos y de los condes de Campomanes, Floridablanca y Aranda

Gaspar Melchor de Jovellanos por Goya

Aboga por» la limitación de la instrucción para muchos a sus niveles elementales y sólo como vía á su capacitación técnica, pues lo contrario provocaría una igualación en los saberes que sería perniciosa para el equilibrio de la sociedad» La ilustración debía estar reservada únicamente a una elite y las nuevas ideas se expandieron a través de las tertulias y de las academias

 Leandro Fernández de Moratín 1799 Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid

Como buen ilustrado, Moratín compartía con Goya un amplio sentido crítico de los defectos de la sociedad del momento; entre ellos existía gran amistad y cierto paralelismo entre los fines teatrales de Moratín y los Caprichos de Goya.
Moratín fue retratado por el pintor en el verano de 1799:  Es el retrato psicológico de un hombre reservado, inteligente y atrevido.
Moratín muere en París en junio de 1828, dos años después de Goya y deja en su legado testamentario que el retrato pase a manos de la Real Academia de San Fernando de Madrid, hecho que tuvo lugar en diciembre de ese mismo año.



Busto de Don Ramón de la Cruz (1786-1791).

“Teatro o colección de sainetes y demás obras de don Ramón de la Cruz”

Gozó de la protección del duque de Alba  y de la condesa de Benavente, para cuyo teatro privado compuso varios sainetes, así como para su hija, la duquesa de Osuna que publicó en 10 volúmenes

 Tomás de Iriarte (1750-1791)

Fue un caballero ilustrado que vivió según los valores ideológicos y compartió con la duquesa un gran entretenimiento, la música de cámara en privado en la que él tocaba el violín o la viola. Regido siempre por la estética del buen gusto.

El centro de la Ilustración española estuvo en Madrid. Allí había instituciones docentes modernas, un ambiente cosmopolita, bastante prensa, una Sociedad Económica importante y una Inquisición que, no pasó a mayores. Y en ese caldo, también había aristócratas que protegían y financiaban la obra de artistas y científicos.

Desde 1866, cuando era director Agustín Pascual González, La Sociedad Española Matritense, se alberga en el edificio civil más antiguo de Madrid, la llamada Torre de los Lujanes, de mediados del siglo XV y donde estuvo preso Francisco I

La creación de las Reales Academias de la Lengua, de la Historia, de la Medicina y del Real Gabinete de Historia Natural (actual Museo Nacional de Ciencias Naturales), fueron algunos de los logros de la Ilustración española

FUENTES:

https://marcopolito56.wordpress.com/…/el-enigma-de-el-capr…/

Retrato de Leandro Fernández de Moratín

La duquesa de Osuna y el Parque de El Capricho (Madrid)

https://es.wikipedia.org/wiki/Ducado_de_Osuna#Los_IX_duques_de_Osuna_y_Goya

https://marcopolito56.wordpress.com/…/el-enigma-de-el-capr…/

https://www.fotomadrid.com/

BIBLIOGRAFÍA:

–   Luengo Añon, Mónica (2010-11). “El Capricho de la Alameda de Osuna, Capricho de la duquesa y Cuartel General de Miaja”  Madrid: Abella y asociados, p.13-16.

–  Pérez Hernández, Isabel. “Reconstrucción del emplazamiento de los cuadros realizados por Francisco de Goya para la casa de campo de La Alameda de la condesa duquesa de Benavente” en AXA (Arte y Arquitectura), Madrid: Universidad Alfonso X El Sabio, 2012.

–   Ramón Aznar, José (1968). “Entre dos cuadros, una crisis”

VIDEOS:

https://www.youtube.com/watch?v=9NwiuSETbW8      La  ilustración

https://www.youtube.com/watch?v=Qs2f4FgQWCU      La enciclopedia

https://www.youtube.com/watch?v=TG29HP6Uic0        El siglo de las luces

Los tipos del Madrid castizo

Los tipos populares madrileños comenzaron a definirse desde que el rey Felipe II de Austria trasladó la Corte a la Villa de Madrid en el siglo XVI (8 de mayo de 1561) y fueron cambiando con el paso del tiempo para alcanzar su esplendor en el siglo XVIII.

A lo largo del siglo XIX y parte del siglo XX, el amplio grupo social de los majos goyescos, se ha perfilado un poco según capricho de la tradición popular y de escritores y cronistas en tres grupos tan pronto diferenciados como mezclados: los manolos, los «chulapos» y los chisperos.

Hacia el siglo XVIII cada barrio se va configurando como entidad con cierta personalidad dentro de Madrid, ya en el XVII los oficios empiezan a distribuirse por zonas fuera del centro, y de igual manera que Lavapiés se llenó de curtidores, en la zona de Hortaleza y de Maravillas abundaron las herrerías (las tahonas fueron otra industria floreciente en la zona).

Hay una versión según la cual los chisperos (por las chispas de las fraguas) son los habitantes de la zona de Barquillo, los majos de Maravillas y los manolos de Lavapiés, porque los judíos conversos solían llamar a su primogénito Manuel (Dios con nosotros) como prueba de piedad.

Las crónicas hablan de la chispería más bien para referirse a las gentes del Madrid Alto (Maravillas, San Antón y el Barquillo) y la manolería para las del Madrid Bajo (Lavapiés y el barrio de San Francisco el Bajo).

A finales del XIX y principios del XX logran su mayor popularidad cuando son glosados por los cronistas de la Villa y Corte como Mesonero Romanos, Ramón de la Cruz o Sainz de Robles; retratados por Lorenzo Baldissera, Tiepolo, Francisco de Goya y otros pintores de la época; incluidos en zarzuelas como ‘La verbena de la Paloma’, ‘La revoltosa’, ‘Agua, azucarillos y aguardiente’  y ‘La Gran Vía’, entre otras; o se convierten en protagonistas de los sainetes de Carlos Arniches, las novelas de Pedro de Répide y diversas obras de otros autores de aquel tiempo.

Baile en San Antonio de la Florida de Francisco de Goya

MAJOS Y MAJAS

Los majos y majas surgen a principios del siglo XVIII para denominar a los habitantes de los arrabales madrileños (Lavapiés y Maravillas) El nacimiento del término majo se enmarca en el barrio de Maravillas (actualmente Malasaña)entre ellos) que se caracterizaban por su arrojo y valentía. Dice María Moliner que el nombre “se aplicaba a fines del siglo XVIII y principios del XIX y sigue empleándose refiriéndose en aquella época a los artesanos de ciertos barrios de Madrid, llamados ‘bajos’, que en algún tiempo hacían vida aparte, hasta el punto de estar exentos del servicio militar…”.

La Gallina Ciega- Goya (1788-1789).

Este es el tipo madrileño que inmortalizo Francisco de Goya en sus esplendidos lienzos.

En este cuadro de Goya vemos el contraste de esa moda nacional y castiza, frente a la internacional, que está representada en la pareja del fondo, el hombre que está a la derecha con la casaca marrón y la dama con el sombrero de grandes plumas en la cabeza.  

Majo de la Guitarra. Cuadro de Francisco de Goya, 1779.

El Majo se dedicaba a los más diversos oficios: carpintero, albañil, herrero, carnicero, tallista,… y esa actitud que los caracterizaba, de desparpajo y gallardía, levantó críticas pero, al mismo tiempo, se consideró muy seductora.

El Quitasol.  Fco. de Goya. 1777.

Los majos vestían camisa blanca, pañuelo al cuello y fajín a juego, chaquetilla bordada y abotonada, pantalón ajustado de perneras hasta debajo de las rodillas y medias blancas. Las majas vestían con corpiño, falda corta con vuelo, mandil, peineta y mantilla. Hombres y mujeres llevaban coletas, que se recogían con una redecilla.

El dramaturgo Ramón de la Cruz escribió Las majas de Lavapiés (1746), El careo de los majos (1766), Las majas vengativas (1768), Los majos de buen humor (1770). Además de la literatura, los majos y majas están presente en las pinturas de Goya.

 El Majo de la Guitarra. Cuadro de Ramón Bayeu (1786).

El término majos aparece documentado por primera vez en el Diccionario de Autoridades (1734), primer diccionario de la lengua castellana, que lo define así: “El hombre que afecta guapeza y valentía en las acciones o palabras. Comúnmente llaman así a los que viven en los arrabales de esta Corte”

Traje goyesco

Es éste el auténtico traje tradicional de Madrid, un atuendo de uso común desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, primero llevado por las clases populares madrileñas y que fue adoptado después por las clases altas, por la necesidad de aparentar sobriedad y populismo.

Tras la Revolución Francesa se adopta este estilo que consideran propio, español y no impuesto por modas extranjeras.

La mujer «goyesca» luce un corpiño ajustado en tejidos ricos (casi siempre terciopelos) muy escotado con jockeys (hombreras) en los hombros de lentejuelas, pedrería y cordón de seda y un pañuelo, pañoleta, chal o mantón que lo envuelve o cubre parcialmente; camisa de mangas con farol en los hombros y luego ajustadas hasta la muñeca con unas puntillas largas.

El escote redondo o rectangular se tapaba a veces por un pañuelo. La redecilla a la cabeza o pelo con caprichosos peinados y adornos de cintas (del tipo caramba); conjunto de faldas de vuelo desde la cintura, o basquiña de raso adornada con dos tiras de madroños haciendo la vez de volantes, que en la época se denominaban «falbalas», término francés y en España también se conocen con el nombre de «farfalá» o «faralá», son franjas, flecos o volantes que se ponen en los vestidos para hacerlos más vistosos.y ocasionalmente, mandil. Los más trabajados van bordados, tanto la falda como el corpiño. Complementos habituales son la toquilla y la peineta.

Con los cambios de la moda al comenzar el Neoclásico, los trajes de maja también se adaptan a esos cambios, subiendo sus talles y estrechando sus faldas, yendo con el nuevo gusto y comodidad de la época.

Estos trajes se exponen en el Museo del Traje de Madrid y son de principios del siglo XIX.

Retrato del torero Pedro Romero. Cuadro de Goya. (1795-1798).

Traje de majo, que está expuesto en el Museo del Traje de Madrid

 Si hablamos de los hombres, el traje tradicional está compuesto por una camisa blanca con fajín que rodea la cintura y una chaquetilla, que se distingue por ser corta y abotonada. Esta última se confecciona, al igual que en el caso del corpiño femenino, con telas ricas que también se bordan. En el cuello va un pañuelo que a juego con el fajín. El pantalón se ajusta a las piernas y sobrepasa las rodillas en su parte inferior dejando a la vista las media blancas. La cabeza también se toca con una redecilla negra rematada por un “madroño”.  Se complementa con la capa española y la manta, y diferentes tipos de tricornio para adornar o proteger la cabeza.

Majo. Cuadro de Manuel Rodríguez de Guzmán.

Las carácterísticas de los majos y majas de barrio bajo fueron incorporándose al tipo madrileño de zarzuelas, teatro y literatura, hasta el punto que hoy nos es complicado dilucidar dónde empieza la influencia real de estas gentes en el imaginario casticista de Madrid y dónde comienza la idealización literaria de las clases populares.

  

 El motín de Esquilache:

Fué el bando dictado el 20 de marzo por el Marqués de Esquilache prohibiendo el uso de los sombreros de ala ancha y ordenando recortar las tradicionales capas largas para evitar la ocultación de armas.

Esto hizo que, seguramente, a Carlos III intentara atraer hacia el poder la influencia local de los majos más carismáticos de los barrios bajos con la creación de los alcaldes de barrio. No es casualidad que a finales del siglo, con los censos de Floridablanca y Godoy, se vea cómo los barrios majos por excelencia, los de Avapiés y Maravillas, eran los cuarteles de barrio de más extensión.

MANOLOS Y MANOLAS

Los manolos y manolas, según una leyenda ya desprestigiada, se llamaban así porque Manuel era el nombre impuesto al primogénito de las familias de los judíos conversos, (Es notorio que ese nombre era muy común también entre los cristianos viejos.) que habitaban el barrio de LAVAPIÉS

 Majas y manolos en el balcón, atribuido a Francisco de Goya.

Vista de la Ribera de Curtidores: El Rastro

La manolería se extendía desde la plaza de Lavapiés por los alrededores, como el barrio de La Latina (El Rastro)

Grabado de Gustave Doré, que representa el interior de una taberna del Rastro.

«Chispero» de Joaquin Sorolla

 CHISPEROS Y CHISPERAS

Monumento en bronce del monumento a los chisperos y saineteros de la calle Luchana, obra de Lorenzo Coullaut Valera. Representa una escena de La canción de la Lola, Sainete Lírico de 1880.

Los chisperos y chisperas eran los vecinos del barrio de MARAVILLAS y se llamaban así porque la mayor parte de ellos eran trabajadores de las muchas fraguas y herrerías que había por aquel entonces en aquella zona, extramuros de la cerca de Madrid.

La palabra chispero se utilizaba entre los madrileños para señalar a los herreros de trébedes y otros pequeños utensilios, cuyo oficio se desempeñaba entre chispas.

Durante el siglo XVII y primera mitad del XVIII, la mayoría de las herrerías madrileñas se encontraban en zonas limitadas por las calles de Hortaleza y Barquillo. Mesonero Romanos habla de «la humildad de los caseríos que se formaron alrededor de aquellas”.

Inauguración del monumento a los Chisperos (O Saineteros) 1913, en la glorieta de San Vicente. Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Carta de un chispero a Napoleón
 

Traje de Chispero. Museo Nacional del Traje.

 Los chisperos, con «chupa» (chaqueta ajustada) y la redecilla sobre la cabeza, tenían fama de pendencieros y también de aficionados al toreo, timadores y guapos de garitos y mancebías.

Dominaron siempre el desparpajo y, llegada la ocasión, luchaban con valentía. Sobresalieron en la defensa de la Puerta de Recoletos y el portillo de Santa Bárbara ante el empuje de las tropas napoleónicas en 1808.

La defensa del parque de Monteleón, por Joaquín Sorolla

De lo que no cabe duda es que su protagonismo se puede ver en los acontecimientos de la historia de la ciudad, como en los levantamientos contra los franceses, con el protagonismo del chispero en Malasaña entre otros, junto con los héroes Daoiz, Velarde y el teniente Ruiz en el Cuartel de Monteleón.

 

Esta valentía era compartida por las mujeres. En el levantamiento popular del 2 de mayo de 1808 contra los invasores franceses, unas chisperas arrojaron desde el balcón de su casa un tiesto de claveles sobre un teniente de coraceros, causándole la muerte.

Muchos chisperos habitaban la Casa de Tócame Roque. Nadie se atrevía a desalojarlos de allí y el dueño no era capaz de cobrar el alquiler. En los bajos de esta casa (llamada así porque se la disputaban en herencia dos hermanos, Juan y Roque) estaban las fraguas más acreditadas y en ellas trabajaban 70 oficiales de fragua y herrería.

Las historias de Madrid acostumbran a mezclar clases altas y bajas, reyes con majas, nobles en mancebías y duelos en calles oscuras, pero no cabe duda que finalmente frente a esta literatura tabernaria y su poso de realidad se impone pensar en unos barrios de arrabal mal iluminados y situaciones sociales penosas en las que era inevitable que surgiera cierta solidaridad de clase y un clima de violencia social.

La Maja vestida de Goya

«La maja vestida», Francisco de Goya (considerada tradicionalmente como la Duquesa de Alba)

También se utiliza la expresión majismo para designar la afición casticista de la aristocracia por el vestuario y las costumbres propias de manolos y majos de ambos sexos, incluyendo la música, bailes y diversiones populares (fandango, tauromaquia, etc.); en oposición a la moda francesa (representada por su contrafigura: el petimetre—joven de clase alta, amanerado y ocioso—) e incluso a los valores de la ilustración.

Ademas de estos tipos, se podian distinguir otros dos:

 Petimetre. Obra de Mariano Fortuny 1868.

EL PETIMETRE.

El petimetre era un nuevo tipo de madrileño que imitaba las modas y costumbres francesas desde la llegada a la ciudad del primer rey Borbón, Felipe V, en 1701. El rey llegó de Francia acompañado de ministros, consejeros, cortesanos y sirvientes, cuyos usos y modales encontraron un rápido acomodo entre los nobles madrileños y clases altas, que querían ser modernos a semejanza de la nueva Corte. Petimetres y petimetras fueron los personajes más característicos de Madrid durante el siglo XVII.

Ya enmarcado en la incipiente clase media del siglo XIX, sus tipos imitaban notoriamente la moda francesa (el nombre deriva del francés ‘petit maitre’) y por ello eran odiados por los majos que les despreciaban por su total falta de originalidad y carencia de autenticidad.

En sentido parecido pero más coloquial, el se emplea el término «pisaverde», con el significado de hombre presumido y afeminado, que no conoce más ocupación que la de acicalarse, perfumarse y andar vagando todo el día en busca de galanteos.

Don Ramón de la Cruz escribió una obra con ese apelativo: «el petimetre»

Las petimetras vestían casaca corta, falda muy ancha, delantales cortos o vestidos con cola y lazos en los brazos. Entre estas damas aristócratas o adineradas apareció la figura del amigo íntimo, el galanteador, narcisista como ellas, al que llamaban ‘cortejo’, un personaje continuamente condenado por el clero.

Una elegante manola mantiene diálogo visual con los petimetres que ocupan la mesa contigua. Cosa rara, ya que los majos y manolos desdeñaban la figura de aquellos afrancesados «petit maitre».

EL CURRUTACO

Enmarcado igualmente en la  clase media decimonónica, es asimismo enemigo declarado de ‘los petimetres’ y por las mismas razones que ‘los majos’. ‘El currutaco’, aunque afectado, es más auténtico y su elegancia es más genuina, pero también se halla encasillado y condicionado por la moda. Su vestir es extremado con algunas prendas de tamaño exagerado, como el ancho de sus pantalones, sus corbatas y las solapas de sus casacas. Llamaba la atención igualmente su aspecto físico por sus grandes patillas y su crecida cabellera. Solían portar tambien un grueso garrote que usaban como bastón.

En resumen, pisaverdes, petimetres, lechuguinos, currutacos, flamantes, gurruminos, linajudos, mariposones, gomosos, pirracas, lindos..., todos estos términos, sin descender a sus distintos matices, tienen una serie de características comunes, como son: la imitación de las modas francesas en cuanto a modales y vestimenta, el acendrado narcisismo y la afectación en las costumbres, su falsa erudición, el cortejo a las damas, el desprecio por lo «nacional» (representado por el majismo y el casticismo), junto al afeminamiento de ademanes y gestos y su gusto por los perfumes y acicalados.

El jardín del Retiro, obra de J. Cadalso, 1779. Museo de Historia de Madrid.

Así comenzó el siglo XVIII en Madrid, con una importante clase social que quería romper con los usos y costumbres del siglo anterior, imitando modales y vestimentas extranjeros, principalmente de Francia e Italia. Este comportamiento provocaba muchos recelos entre los madrileños, y más entre una parte de la aristocracia y clases acomodadas. Los nobles madrileños ‘a la antigua’, de melena suelta, tradicionales, austeros, reflexivos y orgullosos criticaban a los petimetres (del francés, petit maître, señorito) o currutacos, de peluca blanca, progresistas, frívolos, amantes del lujo y de la mezcla de hombres y mujeres en el trato diario. Si aquellos veían con resentimiento el extranjerismo y desprecio a lo español en beneficio de productos extranjeros, éstos criticaban la inmovilidad y pacatería que pesaba sobre España.

Podemos diferenciar, pues,  hasta 4 o 5 tipos populares madrileños que se acabarían fundiendo en uno sólo en el decir popular de nuestros días: «el chulapo y la chulapa».

Chulapos en La Fuentecilla de la calle Toledo

CHULOS Y CHULAS

Los chulos y chulas es el nombre que se da en el siglo XIX a todos los tipos madrileños, especialmente a manolos y manolas. El término deriva del vocablo francés ‘chaul’, aunque la procedencia de este sustantivo puede que sea hebreo o árabe, como afirma Pedro de Répide, y el significado de ‘chaul’ en castellano es ‘muchacho’.

Dibujo de Serafín, como homenaje a Olga Ramos. cantante especialista en cuplés y chotis.

Por influencia del escritor Ramón de la Cruz, en el siglo XVIII el vocablo manolo se transforma en chulo o chula, lo que derivó en chulapa y chulapo y su aumentativo chulapón y chulapona.

Es anecdótico que la primera vez que se empleó ese nombre de chulo fuera para designar aquellas personas que realizaban tareas o labores secundarias de ayuda en las faenas taurinas.

Chulapos y chulapas surgen en el barrio de Lavapiés ya en el siglo XIX, y sustituyen a los majos y majas.

Sus oficios eran los mismos que en el caso de los majos, pero los chulapos ya no llevaban coleta ni redecilla y su indumentaria es la típica de fiestas y verbenas de Madrid, como las de San Isidro, las San Antonio de la Florida o las verbenas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma.

Tipismos aparte, el de chulapo o chulapa no es el traje regional de Madrid, que es el traje goyesco, de características similares a los trajes que lucían los majos y majas.

El traje de chulapo está compuesto por pantalones oscuros, ajustados y largos. La camisa es de color blanco y sobre ella se coloca el chaleco, que lleva un clavel en la solapa y suele estar confeccionado con una tela de pequeños cuadros y de apariencia grisácea, con los vivos en color negro, al igual que ocurre con la chaqueta. Se anuda un pañuelo blanco al cuello y la cabeza se tapa con la “parpusa”, la gorra del chulapo, con visera, y cosida con la misma tela y de la misma manera que el chaleco y la chaqueta.

En el argot castizo, la Parpusa es la gorra, La Babosa es el pañuelo, La Chupa es la chaquetilla entallada o chaleco, Los Alares son los pantalones y por último Los Calcos que son los zapatos y llevan calentitos los Pinreles. (Sin olvidarnos de las Antiparras que son las Gafas de sol o el Peluco, que es el reloj, para llegar a tiempo).

El traje típico de chulapa puede ser una falda larga hasta los tobillos o un vestido -también largo- ceñido a las caderas y a la cintura, pero con vuelo a partir aproximadamente de la altura de las rodillas. La blusa o la parte superior del vestido, se ajusta al cuerpo, lleva escote y tiene mangas de farol. Los colores de este traje típico pueden ser de lo más variado y, al contrario de lo que ocurre con el de chulapo, este atuendo permite multitud de tonalidades.

Chulapos en la Puerta del Sol bailando el chotis.

El mantón de Manila es el complemento más habitual de las chulapas. Otro de sus elementos más característicos es el pañuelo de seda blanco doblado en pico que se coloca en la cabeza y va atado bajo la barbilla bajo el que asoman flores frescas (a menudo claveles).

FUENTES

https://cosasdelosmadriles.blogspot.com.es/2013/07/majos-chulapos-chisperos-y-sus_4.html

Tipos populares madrileños: manolos, chisperos, majos y chulapos

http://madridvisitar.com/historia/

https://es.wikipedia.org/wiki/Madrid_goyesco

https://madripedia.wikis.cc/wiki/Tipos_castizos

Fotos: Casa Maty, disfraces

Bibliografía:

Mesonero Romanos, Ramón de (1881). Tipos y caracteres: bocetos de cuadros de costumbres: (1843 a 1862).

De Répide, Pedro (1948). «Costumbres y devociones madrileñas». Edit.La Librería

Gea, María Isabel (2002). Diccionario Enciclopédico de Madrid. Madrid: La Librería

Los dibujos de la Real Academia de San Fernando de Madrid


La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, es el antiguo Palacio de Goyeneche en la calle de Alcalá de Madrid. Desde el año 1773 se encuentra ubicada en este palacioen la calle de Alcalá, 13, obra del arquitecto José de Churriguera (1665-1725). El edificio fue transformado por Diego de Villanueva (1715-1774)

Los fondos artísticos del Museo de la Academia, una de las mejores pinacotecas de España, abarcan cinco siglos y diferentes escuelas, ofreciendo un completo recorrido por la historia del arte desde el Renacimiento hasta las tendencias más actuales del siglo XXI. Sus cincuenta y nueve salas, distribuidas en tres plantas, exhiben obras maestras del arte español, italiano y flamenco.

En esta ocasión me voy a referir solo a los dibujos:

El Museo conserva una de las más valiosas colecciones españolas de dibujos de los siglos XVI al XX siendo casi la mitad  planos y dibujos de arquitectura. 
Aunque de calidad desigual, es reconocido el gran valor de su fondo antiguo, en especial de los siglos XVII y XVIII, con piezas excepcionales como el ‘Retrato del cardenal Borja» de Velázquez

El Gabinete de Dibujos del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se compone de algo más de 15.300 dibujos, que fueron en su origen un elemento esencial para la enseñanza.

La colección se nutre de las obras de maestros antiguos que había conseguido reunir el escultor italiano Giovan Domenico Olivieri y la compra a otros maestros como Castro, Maella, Bayeu y tambien a otros que sirvieron de modelos en las aulas.


  
Desposorios místicos de santa Catalina. Girolamo Francesco Mazzola, “Parmigianino”

Girolamo Francesco Maria Mazzola (Parma, 11 de enero de 1503 – Casalmaggiore, cerca de Cremona, 24 de agosto de 1540), llamado il Parmigianino , fué uno de los máximos exponentes del Manierismo italiano
«La esclava turca»de la Galeria de Parma y «la Virgen del cuellolargo» de los Ufficci son dos de sus obras mas conocidas.


Copia de una decoración mural romana. Vincenzo Brenna

La importancia concedida a la práctica del dibujo
, como base esencial en el aprendizaje de las diferentes disciplinas artísticas, fue decisiva para la posterior configuración de los fondos de la Academia. El grueso de la colección, perteneciente a los siglos XVIII y XIX, está constituido por obras relacionadas directamente con la enseñanza de las bellas artes, ya sean pruebas realizadas por los alumnos o diseños encaminados a servir de modelo.



 Retrato del cardenal Borja. Diego Velázquez

Uno de los dibujos mas valiosos de la colección y se trata de un boceto del retrató que  Velázquez hizo al Cardenal Borja poco antes de su muerte en el año 1645. La importancia del personaje, junto con la fama y renombre del pintor, hacen que se realizaran una serie de copias, pero el original desapareció.





 Fachada de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Diego de Villanueva

Hijo mayor del escultor y uno de los fundadores de la Academia, Juan de Villanueva y Barbales, era asimismo hermano del que más tarde sería considerado máximo exponente de neoclasicismo en España, Juan de Villanueva.
Su obra incluye la renovación interior de la iglesia del Monasterio de las Descalzas Reales en Madrid (1756),1 y la reforma del Palacio de Goyeneche en la calle de Alcalá de Madrid, para sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando



Gabinete de Historia Natural, hoy Museo del Prado

Alzado de las fachadas principal y laterales (norte y mediodía). Juan de Villanueva


 


Peristilo para el Paseo del Prado de San Jerónimo. 

Ventura Rodríguez, arquitecto español del siglo XVIII. Se le considera, junto con Juan de Villanueva, el principal arquitecto español de su época y el último barroco.

Entre sus obras mas conocidas tenemos:


Capilla del Palacio Real de Madrid
Iglesia de san Marcos de Madrid
Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, de Zaragoza
Transparente de la Catedral de Cuenca
Interior del Monasterio de la Encrnación de Madrid
Fachada principal del Convento de los Agustinos Filipinos (Valladolid).
Palacio del Infante don Luis, en Boadilla del Monte (Madrid).
Palacio de Liria, Madrid.  etc


 

  Vista de las magníficas ruinas de la antigua ciudad de Pesto.

Isidro González Velázquez (Madrid 15 de mayo de 1765 – 7 de diciembre de 1840) fue un arquitecto español de los s. XVIII-XIX. Hijo segundo del pintor Antonio González Velázquez
y discípulo de Juan de Villanueva.
Fué propuesto para remodelar la Plaza de Oriente de Madrid pero su proyecto no pasó de plan, siendo requerido solo para obras menores, destacando solo el Obelisco a las victimas del Dos de Mayo en la Plaza de la Lealtad de Madrid.


 Retrato de Faustina Maratti. Carlo Maratti

Carlo Maratta o Maratti (Camerano, 13 de mayo de 1625 – Roma, 15 de diciembre de 1713) fue un pintor italiano del «alto barroco», que trabajó principalmente en Roma.
Trabajó al servicio de los papas Inocencio XII y Clemente IX, a quien retrató (1669) copiando el esquema del Inocencio X pintado por Velázquez. Se le encomendó la restauración de los frescos de las Estancias de Rafael.  Pintó en 1686 una famosa Asunción de la Virgen para Santa María del Popolo en Roma.




 Cristo en El Limbo.por  Alonso Cano

Nacido en Almansa (Granada, 19 de marzo de 1601 – ibídem, 3 de octubre de 1667) fue un pintor, escultor y arquitecto español. Por su contribución en las tres disciplinas y la influencia de su obra en los lugares donde trabajó, se le considera uno de los más importantes artistas del barroco en España, siendo además el iniciador de la Escuela granadina de pintura



 Retrato de Carlos II. Juan Carreño de Miranda 

(Avilés, 25 de marzo de 1614-Madrid, 3 de octubre de 1685) fue un pintor español del siglo XVII, que destacó en la Corte española de Felipe IV, y, sobre todo, de Carlos II, de quien fue su más conocido retratista, siendo una generación más joven que Velázquez, de quien fue amigo y protegido.


 

Escena de pastores. Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668) 

Fue un pintor barroco español natural de Córdoba, de cuya escuela es el mejor exponente, además de destacar como paisajista y dibujante
Entre sus obras destaca, José vendido por sus hermanos, Museo del Prado. El lienzo forma parte de una serie de seis cuadros dedicados a la vida de José en los que destacan especialmente los paisajes, de los que Castillo tomaba rápidos apuntes del natural.


 

Acróbatas en la cuerda. José de Ribera 

(Játiva, España; 12 de enero de 1591 – Nápoles, Italia; 2 de septiembre de 1652) fue un pintor y grabador español del siglo XVII, que desarrolló toda su carrera en Italia y principalmente en Nápoles. Fue también conocido con su nombre italianizado Giuseppe Ribera y con el apodo Lo Spagnoletto («El Españolito») debido a su baja estatura y a que reivindicaba sus orígenes firmando como «el español»


El emperador Constantino a caballo. Gian Lorenzo Bernini

(Nápoles, 7 de diciembre de 1598 – Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco con obras sobradamente conocidas como por ejemplo la columnata del Vaticano

Proyecto para las sepulturas de León X y Clemente VII. Bartolommeo (o Baccio) Bandinelli 

(Florencia, 17 de octubre de 1493 – Ibíd., 7 de febrero de 1560) fue un escultor y pintor florentino del manierismo.
Una conocida obra suya es, el Hércules y Caco, en la Piazza della Signoria, Florencia.




La familia de Felipe V. Louis-Michel van Loo 

(Tolón, 2 de marzo de 1707 – París, 20 de marzo de 1771) fue un pintor francés. Su estilo puede considerarse del barroco final, enlazando con el academicismo del neoclásico. Su obra más importante de este periodo es un retrato colectivo de extraordinarias dimensiones: La Familia de Felipe V (1743), en el que aparece el rey rodeado de sus hijos (entre ellos los futuros reyes Fernando VI y Carlos III) y su segunda mujer, Isabel de Farnesio. de la que este dibujo, es su boceto.



 

Ariccia. John Robert Cozens

Fue un diseñador y pintor de acuarelas inglés nacido en 1752 y fallecido el 14 de diciembre de 1797. Las acuarelas pintadas por Cozens muestran curiosas ilusiones y efectos atmosféricos que muestran una cierta influencia en Thomas Girtin y  William Turner.




  
El rapto de las sabinas. Mariano Salvador Maella Pérez 

(Valencia, 21 de agosto de 1739 – Madrid, 10 de mayo de 1819)
Se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y fue acogido con especial interés por Antonio González Velázquez (con cuya hija se casaría años más tarde).. 



Jarrón nazarí de los escudos. Diego Sánchez Sarabia o Saravia 

(Granada, 1704 – Fondón, 1779) fue un escultor y pintor tardobarroco español, con conocimientos de arquitectura.
Pocos datos biográficos se conocen de Diego Sánchez Sarabia, con obra dispersa en iglesias granadinas.
Entre 1760 y 1763, por encargo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando dibujó las plantas, cortes y alzados así como diversos motivos decorativos de los azulejos, frisos e inscripciones de los palacios de la Alhambra y de Carlos V



Vista de la Alhambra de Granada, desde el castillo de Torres Bermejas. José de Hermosilla Sandoval 

(Llerena, provincia de Badajoz, 1715 – el 21 de junio de 1776 en Leganés), fue un arquitecto e ingeniero militar, siendo  uno de los arquitectos más importantes del siglo XVIII, junto a sus contemporáneos Francisco Sabatini, Juan de Villanueva y Ventura Rodríguez.
En Madrid proyectó el Hospital General,actualmente Museo Reina Sofía, la Basilica de San Francisco el Grande de Madrid, que luego fué modificado por otros y para la ordenación del Salón del Prado con las tres fuentes: Cibeles, Neptuno y Apolo.
Fuenteshttp://www.gabinetedibujos.com/

:http://www.realacademiabellasartessanfernando.com/es/

Concepción Lopezosa Aparicio  fotos

Los datos biográficos de los artistas, y algunas imágenes, se han obtenido de Wikipedia  entre otras páginas web.

Madrid 1808: Goya y los desastres de la guerra

Durante la Guerra de la Independencia, Madrid  inició la rebelión en Mayo de 1808 como reacción a la ocupación de los franceses en España.

El levantamiento contra los franceses partió de las clases populares y de los notables locales. Comenzó como una serie de motines espontáneos, pero su reiteración y su rápida expansión por todo el país permiten entrever cierto grado de inducción o, cuando menos, de coordinación.

Es probable que el detonante fuera la presión de las tropas de ocupación sobre la población civil, la obligación de mantener a un ejército depredador de alimentos y bienes de consumo básico, máxime cuando el país había atravesado recientemente por un ciclo de hambrunas y malas cosechas.

Y fueron precisamente los sucesos acontecidos durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) los que dieron lugar a que Goya efectuara una reflexión enormemente crítica e innovadora sobre la guerra, sobre sus causas, brutales manifestaciones y consecuencias. No solo la impresionante serie de los Desastres, sino también las pinturas que sobre este tema realizó poco después en las que con su personal mirada conmemoró los sucesos del 2 y 3 de mayo en Madrid

A continuación una muestra de la obra de Goya, relacionada con aquellos luctuosos episodios.

“El 2 de Mayo de 1808 en Madrid”.1814.  Museo del Prado. Madrid.

Goya reflejó en este cuadro la carga sobre los mamelucos. tropas de élite venidas desde Egipto, que estaban al servicio del ejercito francés; este episodio se desarrolló en la Puerta del Sol de Madrid y tambien en la Puerta de Toledo, donde los sublevados, ofrecieron una feroz resistencia al importante ejercito napoleónico.

El 2 de mayo de 1808, grupos del pueblo de Madrid, instigado por sectores de la nobleza y la iglesia, se levantaron en armas contra las tropas napoleónicas que ocupaban, desde principio de año, las principales ciudades españolas. La rebelión trajo como consecuencia una represión que no haría sino generalizar los levantamientos populares al resto de las ciudades de la Península

«Los fusilamientos del 3 de Mayo» 1814  Museo del Prado

La represalias que provocó la rebelión, fué terrible y aunque en Madrid fracasó, indujo a otras poblaciones a formar guerrillas que despues de varios años consiguieron expulsar de España a los franceses invasores.

La intensa pasión que inspira la composición consiguió que este lienzo de Goya fuese más que un recordatorio de un hecho concreto, y mucho más también que una simple arenga o un manifiesto fruto del fervor patriótico del autor.

Generalmente se acepta que la estancia de Goya en Zaragoza durante la Guerra de la Independencia dejó una profunda huella en el artista al enfrentarle directamente con las terribles consecuencias de esa lucha cruel, que en su extensión durante cinco largos años habría de convertirse en una de las matanzas más atroces conocidas en el continente.

Los desastres de la guerra es una serie de 82 grabados del pintor español Francisco de Goya, realizada entre los años 1810 y 1815

En los Desastres de la guerra, Goya muestra la crueldad, el fanatismo, el terror, la injusticia, la miseria, la muerte…  «fatales consecuencias» de la guerra y de la represión política

Los Desastres de la guerra no están exentos de controversia en varios aspectos. Las cuestiones que más han atraído la atención de los críticos podrían concretarse en la actitud personal de Goya ante el invasor y ante la situación política de España.

Una parte de la crítica tradicional ve en la actitud de Goya síntomas de afrancesamiento y otra insiste en su patriotismo nacionalista. En la actualidad, parece aceptado el hecho de que la denuncia de las atrocidades de la guerra se dirige hacia cada uno de los participantes en la contienda sin tener en cuenta sus vínculos nacionales.

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid

El primer contacto de Goya con la Academia tiene lugar en 1763, cuando el joven pintor se presenta al concurso trie­nal convocado por la institución. Concurso en el que no tiene éxito, siendo su compañero Gregorio Ferro el que consigue la pensión para Roma. Este contratiempo le lleva a solicitar ayuda de su paisano Francisco Bayeu, amigo de su padre y pintor introducido en la Corte

Capricho: «El sueño de la razón produce monstruos»

En los Desastres de la guerra Goya muestra una actitud muy diferente a la de los Caprichos porque las referencias a la realidad, a un hecho concreto que afecta empíricamente al ser humano, son directas. La crueldad, el fanatismo, el terror, la injusticia, la miseria, la muerte… son las «fatales consecuencias» de la guerra y de la represión política,

Los Desastres constan de tres series:

Primera parte (estampas 1 a 47), con estampas centradas en la guerra.

Segunda parte (estampas 48 a 64), centrada en el hambre, bien sea consecuencia de los Sitios de Zaragoza de 1808 o de la carestía de Madrid entre 1811 y 1812.

Tercera parte Los Caprichos enfáticos –Desastres 65 a 82– ponen de manifiesto una actitud de rechazo contra la represión iniciada tras la restauración de Fernando VII.

En ellos, la tecnica empleda fué : Aguafuerte, aguada, punta seca, aguatinta o lavis, indistintamente;y escoplo, en ocasiones, con buril y bruñidor. Estampación con entrapado. Papel avitelado ahuesado grueso, El tamaño oscila entre 15 cm.de ancho y 22 cm. de largo

1 » Tristes premoniciones de lo que ha de acontecer»

En la oscuridad del fondo se distinguen una porción de monstruos y quimeras que le amenazan: estos son la invasión francesa y todas sus consecuencias. El miserable es el pueblo que previó y adivinó lo que sucedería, mientras que a los gobernantes les vendaba los ojos el egoísmo.

2 «Con razon o sin ella» :

La obra, sin duda recuerda a los Fusilamientos del tres de mayo (1814), de la que posiblemente este grabado sea su origen. En la escena se utilizarán los recursos que más tarde pasarán al cuadro, como la presentación de unos civiles indefensos e individualizados, frente a una “maquina de matar” sin rostro.El mismo nombre del grabado, nos introduce en su correcto significado “Con razón o sin ella” nos habla mucho de como frente a situaciones de esta índole, la razón se pierde cuando se usa y abusa de la violencia.

3 «lo mismo»

Un campesino español, con un hacha, ataca a un grupo de militares con tremendo ademán de labriego. Los soldados enemigos, con gorros de piel, y agudos alfanjes, no aciertan a defenderse del terrible leñador. Un compañero suyo a la izquierda, apuñala briosamente al militar sobre el que está montado Esta represalia de la estampa precedente, en la que los soldados extranjeros actúan de dueños, pierde su sentido heroico, para subryar que, en cualquier caso, da lo mismo tener razón o no..

4  » Las mugeres dan valor »

Si no fuese por la explicación del título de la obra, se podría pensar que ésta es continuación de las dos anteriores (Con razón o sin ella y Lo mismo), esto es, lo repugnante de la violencia y de la muerte, parta de donde parta y sea quien sea el que la lleve a cabo, en este caso mujeres. No obstante la referencia al “valor” que aparece en el título de la estampa, nos indicaría más el papel desempañado por las mujeres en la Guerra de la Independencia.

5 «Y son fieras»

Una mujeres aparecen atacando con garrochas, puñales y piedras a unos soldados francesesEsta obra está directamente relacionada con la anterior, Las mugeres dan valor. En este caso la representación de la mujer ya no es la del “valor” de la escena anterior en donde se resiste a una serie de abusos. Ahora es ella la que ataca y mata a los soldados.

6: «Bien te se está»

Un general francés, caído a tierra, expira entre un grupo de soldados. Al fondo la batalla.mientras es atendido por alguno de sus soldados.

7  » Que valor!»

En este caso nos encontramos ante la única estampa en donde aparece una figura reconocible: se trata de Agustina de Aragón, mujer zaragozana que ante el avance de las tropas enemigas, no duda en trepar por una pila de cadáveres de partisanos españoles que han muerto en la batalla para continuar ella misma con lo que los otros no pudieron finalizar.

8 «Siempre sucede»

La obra de entrada nos está presentando a un coracero en el suelo que ha caído de su caballo. En principio podemos suponer que se trata de una imagen más, otra de las muchas vicisitudes de una lamentable guerra. No obstante el título que Goya da a la misma: Siempre sucede, nos induce a pensar que hay algo más. Sin llegar a elevar a símbolo la acción, si podemos colegir que la caída grabada nos está indicando en cierta manera la caída (no del ejercito francés como han querido ver algunos) sino la caída de las esperanzas afrancesadas de Goya.

9 «No quieren»

Un soldado francés trata de violar a una muchacha mientras que una anciana por detrás, cuchillo en mano trata de matar al atacante para salvar la vida de la víctima.En toda guerra la violación de mujeres, es uno de los hechos constantes que nos vuelven a indicar el lamentable comportamiento del ser humano en ciertas situaciones.

10 «Tampoco»

La acción de esta estampa es la continuación de la anterior, No quieren, el tema es el mismo representando la violación de una mujeres a manos del ejercito francés, pero a diferencia de aquella donde la acción casi venía dada por los gestos de los personajes, aquí se originará por el abigarramiento de los cuerpos. Aparece una especie de torbellino humano en donde se confunden miembros y caras, elevando de este modo el dramatismo del hecho

11 «Ni por esas»

La imagen continua con el tema de las dos anteriores (No quieren y Tampoco) y se constituye como reflejo de los luctuosos actos cometidos por las tropas napoleónicas en su invasión en de España. Tal y como se ha dicho en los ejemplos anteriores, el recurso a la violación es una de las muchas caras de una guerra que Goya no elude representar. En estos casos la mujer aparece como clara víctima de los acontecimientos relatados.

12  «Para eso habéis nacido»

Un hombre moribundo se dirige herido hacia una pila de cadáveres amontonados sobre la que se dispone a caer y morir.

 

13 «Amarga presencia»

Unos soldados franceses se disponen a violar a una joven ante la presencia de una figura masculina, posiblemente padre o marido de la muchacha.

14 «Duro es el paso»

Siguiendo en la línea de todos los grabados de la serie, Goya nos vuelve a mostrar la iniquidad de la guerra. En este caso nos enseña a una serie de personajes que están bajando a un cadáver que acaba de ser ajusticiado. La escena es en sí un “Paso” de una Pasión. De hecho el nombre redunda en esta idea. Por este motivo la imagen se estructura como si de un Descendimiento se tratase.

15  «Y no hay remedio»

En un primer plano aparece un hombre atado a un poste en el momento en el que va a ser fusilado. Tras él otros están siguiendo la misma suerte.

16- «Se aprovechan»

Unos soldados franceses están quitando las ropas y todo aquello de valor a unos muertos, presumiblemente españoles a los que acaban de dar muerte. Otro montón de cadáveres, vestidos a lo español, yace en un monte a las afueras de un pueblo, cuyos muros se esbozan al fondo. Terrible abandono de estos muertos, que están tan olvidados que ni aún los ladrones se ocupan de ellos. En el ángulo inferior izquierdo leemos Goya 1810, inhabitual datación, que acaso muestre el realismo de este monte, quizá el del Príncipe Pío, donde yacían las víctimas del tremendo furor del 3 de mayo de dos años antes.

23: «Lo mismo en otras partes»

Goya , que acaso pensaba que había visto esos montones de muertos en el lugar de su residencia, Madrid, quiso en la presente subrayar que podía verse lo mismo en otras partes, y nos muestra dos montones de muertos, uno en primer término y el otro en el horizonte, al socaire de la arcada de un puente o cueva que impone su negrura de comentario a esta doble hecatombe. ¿Se refiere a otras regiones de España o a todo el mundo? Su pesimismo es atroz en la época de las guerras napoleónicas. Estos muertos vestidos y abandonados en este agreste paraje conservan en su rigidez mortal las posturas falsamente vitales en que les sorprendió su fin

24:»Aun podrán servir»

Título que empareja esta lámina con la nº 20; curarlos y a otra que aún podrán servir. Aquí recogen a los heridos, en camilla o en brazos, en un descampado en las afueras de un pueblo, cuya tierra está sembrada de sables y fusiles. Pero en la estampa 20.ª los heridos son militares franceses; en esta 24.ª, los personajes; heridos y camilleros; parecen gente de la aldea que asoma al horizonte con el desmochado campanario de su parroquia. Más emotiva, que la número 20, esta estampa muestra el dolor y la buena voluntad de los improvisados camilleros y doctores. También esos heridos servirán para continuar la resistencia.

26: «Caridad»

Entre las obras de Caridad, que Goya estudió de niño en el catecismo de su escuela, figura la de enterrar los muertos. Los improvisados sepultureros de esta estampa, tras desnudart a los enemigos de sus pertenencias (uno de ellos aún lleva un sable bajo el brazo) los arrojan violentamente, sin el más leve ceremonial, como si fueran basura, a la negra sima del primer término. Esos dos cuerpos desnudos inician así un paradójico y miserable vuelo hacia la hoya de su improvisada sepultura. Otros cuerpos desvestidos esperan inhertes el mismo destino despectivo. Probablemente son muertos enemigos, cuya muerte es preciso ocultar. La caridad, en este caso, empieza por uno mismo.

30 : «Estragos de la guerra»

Si algunos de los desastres representados con anterioridad hacían referencia a los fusilamientos o las violaciones, éste hará referencia a los efectos de los bombardeos.  La estampa ha sido vista como un precedente del Guernica por el caos compositivo, la mutilación de los cuerpos, la fragmentación de objetos y enseres situados en cualquier lugar del grabado, la mano cortada de uno de los cadáveres, la desmembración de sus cuerpos y la figura del niño muerto con la cabeza invertida, que recuerda al que aparece sostenido por su madre a la izquierda de la obra capital de Pablo Picasso.…

32 : «Por qué?»

Nos encontramos con una obra de la misma temática que la anterior (Fuerte cosa que es): Unos soldados ahorcan a un español. Sin embargo la escena es esperpéntica, es más bien la parodia de una ejecución, en donde si el tema no fuese tan duro y tan real casi diríamos que nos encontramos ante unos muñecos de guiñol que están parodiando un ahorcamiento. Los soldados al ejecutar al paisano no han encontrado un árbol lo suficientemente alto, con lo que se ha recurrido a uno pequeño.

33: «Que hay que hacer mas?»

Lo esencial de estas obras es su intención de universalizar el tema de la violencia, de mostrar la esencia del mal que acarrea, y de brindarnos unas imágenes ante las que no podamos permanecer indiferentes, ya que su mera contemplación es como un puñetazo a nuestra conciencia.

34 : «Por una navaja»

Un hombre aparece en la imagen ejecutado por medio del garrote vil Entre las leyes impuestas por los franceses cuando se hacen con el control de España, aparece una por la que cualquier persona que se encuentre en posesión de un arma será condenada a muerte y ejecutada.

39 : «Grande hazaña! Con muertos!»

Varios civiles aparecen atados a un árbol algunos muertos con evidentes señales de tortura.Continuando con la representación de las ejecuciones, Goya nos presenta en esta imagen una de las más crueles. En ella podemos ver varios cuerpos que han sido asesinados y salvajemente torturados: Personas sin cabeza, sin miembros, miembros exentos colgados a quienes previamente han sido arrancados.

43  «Tambien esto»

Varios frailes huyen del convento en donde se encontraban.En el mismo sentido que en Todo va revuelto, Goya nos presenta la huída de los clérigos. En este caso se trata de frailes y puede estar haciendo alusión a las leyes desamortizadoras del nuevo rey José I que obliga a abandonar los conventos.

La representación del saqueo de las iglesias y el asesinato de frailes, tienen su espacio como víctimas inocentes que fueron de la violencia francesa, pero al mismo tiempo va a mostrar su crítica al comportamiento insolidario del clero, que huye sólo preocupado por salvar su condición y pertenencias.

50: «Madre infeliz!»

La imagen continúa con la temática del hambre en la capital de España. Como resultado de este hambre, una mujer cae muerta. Otros civiles han recogido su cadáver y la están trasladando posiblemente a una fosa común. La hija de la mujer que contempla la escena sigue al extraño cortejo fúnebre siendo la única persona que lo hace.

74 : «Esto es lo peor»

Un zorro va anotando en unos pliegos de papel mientras una hilera de personas se acercan a él encabezadas por un clérigo.Con este grabado Goya quiere hacer alusión a los liberales deportados y perseguidos por Fernando VII tras su llegada a España. De esta manera un zorro (el representante de la nueva ley) se dedica a apuntar los nombres de aquellas personas que son consideradas como enemigos, dejando de lado la constitución como se puede apreciar en el libro que se encuentra cerca del animal.

81: «Fiero monstruo!»

Se ha intentado ver en esta imagen un resumen de toda la serie, una especie de conclusión en donde la guerra es representada por un monstruo que va engullendo a las personas, como si de un sueño o de una pesadilla se tratase.

82: «Esto es lo verdadero»

Una figura femenina (la Paz) se acerca para hablar con otro personaje (el trabajo) mientras un animal se les acerca.El último de los grabados de la serie se centra en mostrarnos lo que para Goya es lo verdadero: La Paz unida al trabajo engendra grandes frutos (representado por un saco de riquezas a sus pies), riquezas que son deseadas por extraños animales.

En la fachada principal de la Real Casa de Correos,(actualmente, sede de la Comunidad de Madrid) se encuentra esta placa conmemorativa de homenaje a los héroes que combatieron contra las tropas de Napoleón.

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FUENTES:

http://www.gasl.org/refbib/Goya__Guerra.pdf     (colección de los grabados)

https://www.goyaenelprado.es/obras/lista/?tx_gbgonline_pi1%5Bgocollectionids%5D=27

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/

http://www.realacademiabellasartessanfernando.com/es/goya/goya-en-la-calcografia-nacional/desastres-de-la-guerra

https://es.wikipedia.org/wiki/Los_desastres_de_la_guerra